Total, que me fui el martes para el Espai d'art con la mente clara y con lo que quería hacer bien presente: continuar en la dinámica del otro día: pinceladas largas y que moldeen las formas, darle cierta "energía" al lienzo. Y como en la última sesión estuve trabajando principalmente las figuras, era el momento de atacar el fondo. No planteaba unas dificultades locas en principio, a excepción de la pared de la derecha, que me dio y me dará trabajo, pero es lo que hay. En un primer momento, más o menos la primera hora, me dediqué a las rocas con toques de luz blanquecina del fondo y ya de paso estuve metiéndole mano al recipiente que la señora lleva sobre la cabeza. Como idea fundamental, quería que el claroscuro estuviese bien cogido, y por otro lado, que no estuviese soso de color. Es en este punto en el que introduje los primeros magentas, verdes y azules, pero muy poco saturados, con poca concentración de pigmento. Y el resultado me gustó:
Pero casi más que lo que veía, me iba gustando lo que hacía, el tipo de pincelada, la manera en cómo esta pincelada definía los espacios y las texturas,... Me sentí muy cómodo durante toda la sesión y yo creo que eso se notaba en el cuadro, que transmitía este estado de cosas. De segundo me dispuse a trabajar el templo y el bloque de piedra de la derecha. Para el templo tenía una cosa clara: me atraían los tonos usados para el primer acercamiento y quería mantener ese espíritu lleno de tonos rosados, turquesa, verde claro,... Y a mi entender que lo conseguí en buena medida aparte de dotarlo de una luz especial, lo que me acerca al objetivo de plasmar las cosas de una forma parecida a como lo hacía Joaquim Mir (salvando las enooooormes distancias, claro ;)). Mucho me convenció todo el trabajo de la sesión. Y ya para terminar, me quedaba la pared de la derecha. Aquí no escatimé en cantidad de pintura pero a la vez intenté mantener un mínimo claroscuro e ir generando la textura que nos va a hablar de cómo esta configurada esta pared rocosa. Y la cosa quedó de esta manera:
En este punto, todo el cuadro tiene más o menos la misma cantidad de trabajo, que romperemos el próximo día cuando nos dediquemos más en profundidad a las figuras. Esteve me comentó que le gustaba más este cuadro que el último, que estaba más acartonado. En este -decía- se ve un fluir de la pincelada y está en general más guapo. Como me gusta ir evolucionando, salí muy contento del Espai y ya estoy pensando en cómo afrontar la próxima sesión para ir dando mate al cuadrito.
¡Hasta la semana que viene Espai d'art!
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