Imaginaos: lunes por la tarde, con unos 24 graditos, nos reunimos unos cuantos sketchers convocados por Antonio para dibujar desde la terraza del Museo de Historia de Catalunya como parte de un curso intensivo de dibujo. Pues eso, una gozada y encima con una cervecita para acompañar el duro tracne XD. La terraza está situada en la azotea del edificio y tiene un aire muy cool y relajado. Éramos unos 8 participantes y nos pusimos a dibujarnos los unos a los otros integrándolo todo en una escena. Pues nada, aprovechando que llevaba unos días a full con lo de las escenas y que me estaban quedando fetén, me lancé a la piscina en esta nueva entrega de los dibujos de Uno.
Comencé por situar levemente los límites de la terraza a la izquierda de la imagen y con un marco más o menos hecho, me lance a por las 4 figuras del centro de la escena. Quedó chulo, la verdad. Lo único que al incluir a los otros dos compañeros más a la derecha tuve que deformar (o mejor dicho, dejar de deformar) la perspectiva, porque si no no me habrían cabido. De hecho y en proporción, la persona en el extremo derecho está más grande de lo que debería, pero tenía una pose tan golosa que no pude evitar explayarme. De hecho todo fue un explayarse en este sketch. Antonio nos dijo que teníamos unas 5 hojas para desarrollar esta escena ¡y vaya que si les di uso! Es muy relajante dibujar sabiendo que los límites son más laxos y que no tienes que ceñirte a una porción del cuaderno. Después de darle color, la cosa quedó de la siguiente manera:
Había estado discutiendo con Antonio la mejor manera de enfocar el color en este dibujo. En un principio había pensado en el amarillo y el morado, que es el complementario, para las sombras. Pero después de hacer una prueba fugaz sobre el ticket de las consumiciones, convenimos en que era mejor utilizar los tonos amarillos para las personas y elementos de importancia y un tono verde-azulado para las sombras y demás. Me habría gustado ver el dibujo hecho con morado, pero he de admitir que quedó guapo de esta manera. Sobre todo empieza a gustarme que aunque las personas no estén situadas 100 % de manera correcta, la impresión de movimiento y de vida que respira el ambiente es brutal. También me encuentro muy a gusto dibujando personas, es la verdad, y ahora que empiezo a integrarlas en un todo con el paisaje, todo respira y se genera una vida que mis dibujos antes no tenían. ¡Seguimos avanzando!
¡Hasta otra!
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