Esta semana me había propuesto dibujar un montón el martes y miércoles como he hecho otras veces, así que empecé por terminar (¡bonita paradoja!) el dibujo de la semana 24. Tras haberlo rumiado con paciencia, había visto unos cuantos puntos débiles que me disponía a subsanar. Y comenzamos:
Lo más urgente para mi era "atemperar" el reflejo del caracol en el agua. Me había quedado muy parecido con el color del caracol, de manera que le robaba protagonismo y la mirada se dirigía hacia ambos por igual, mientras que yo quería restar protagonismo al reflejo. Hice algo que aprendí hace mucho aquí en Barcelona, en una academia creo que ahora desaparecida en la que el profesor tapaba con su mano ciertas áreas del cuadro para poder ver bien de qué color se trataba en cada caso. Fue así como viq ue en el reflejo había un predominio de colores verdosos y azulados que trasladé allí para generar el efecto deseado. También oscurecí un poco esta parte del agua, que me había quedado demasiado clara. Ya que estaba por la zona, me curré la parte de vegetación o musgo en la que está apoyado el caracol, así como el reflejo de la seta. Era hora de pasar al protagonista:
En este momento dediqué mis modestos esfuerzos en hacer el caracol, corregir un poco la curva de la concha, oscurecer algunas zonas y darle a la seta una variedad cromática más amplia. Sospechosamente fácil, me dirigí entonces hacia lo que temía me pudiera dar más de un dolor de cabeza: la gota de agua y las ondas sobre la superficie líquida:
Y el caso es que al final tampoco fue taaaan complicado, era cuestión de fijarse bien en los colores que allí se mezclaban. Como siempre, no hay un color "agua", igual que no hay un color "oro", ni "plata", ni "carne". Las superficies reflejan la luz que les llega y a veces les llega luz reflejada de otros cuerpos, con lo cual había en esta parte del agua una amalgama de violeta, azul celeste, marrón claro, marrón oscuro, verde azulado oscuro, blanco, amarillo, verde claro e incluso algún magenta. Un festín para la vista que traté de reflejar y que quedó muy resultón. Unos buenos toques de blanco en las zonas de máxima luz y nuestro dibujo estaba casi a punto. Sólo faltaban tres toques en la superficie del agua y en el fondo para resituar todos los valores de color y con esto lo di por acabado.
¡Hasta el próximo!
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