Uno diría desde esta perspectiva que no está mal y eso, pero la verdad es que este dibujo ha sido un pequeño desastre en muchos aspectos. Paso a nombrar algunos de ellos:
- La gama de colores no está demasiado conseguida a mi entender. Tampoco he arriesgado introduciendo colores que tuviesen menos que ver con los predominantes. Un poco timorato.
- Ha pasado algo que no sé si tiene más que ver con el papel o con los pasteles: en pocas pasadas, el papel no me ha aguantado más y el pigmento de la barrita de pastel no se adhería al fondo. Esto puede no parecer un inconveniente pero el problema real es que al realizar un trazo, el pastel 'arañaba' el papel y dejaba unos trazos negros tras de sí. Óptimo para quien está haciendo un dibujo en gama de rojos ¿no? :P
- Al final incluso he tenido que tirar de negro para el pájaro porque no he sido capaz de oscurecerlo lo suficiente sin la ayuda del anticolor.
En fin, un cúmulo de desvaríos que provocaron mi impaciencia y acto seguido mi mala leche, al ver que no podía recuperar diganmente el trabajo invertido en él. La parte positiva es que cuando hemos llegado a un cierto punto de desesperación, lo irracional se impone. Vaya si se impone. Me puse a hacer trazos anchísimos con el lateral del pastel naranja y rojo, sobre todo en la parte superior izquierda, que era la más conflictiva, y a través del gesto (ya que a través de una técnica más minuciosa no pudo ser), conseguí que por lo menos la plástica del conjunto mejorase, con lo que mejoró el resultado final. Aunque cuesta, por un cierto afán de perfección, hay que saber valorar el error. Y saber sacarle partido. ¿Que cae una mancha de mostaza en medio del papel?, pues la mezlamos con el resto, a ver que pasa. ¿Que has pisado un dibujo y has dejado marcada la suela de la zapatilla? Pues venga, a hacer unas texturas en las que se pueda integrar. Hacer del error una virtud es complicadísimo, pero creo que ahí reside uno de los encantos (y de las pruebas) delo que significa hacer arte. El error nos hace humanos y nos hace destacar por encima de cualquier máquina si sabemos encarrilarlo. En definitiva ¡¡viva el caos!!
¡Hasta otra!
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