Nada, que no hay manera. Me había yo propuesto el sábado avanzar a saco con este dibujo semanal y ya avancé menos de lo que me hubiese gustado, pero es que el domingo entre unas cosas y otras no hubo manera de dedicarle suficiente tiempo y me encontré con que si quería dejarlo bien acabado tenía que dedicarle también un par de horas de hoy, gracias a lo que sea, día festivo en Barcelona.
Pero dejémonos de calimerismos y vamos a lo que vamos. Hablo ahora del domingo. Fue un día bastante intenso, puesto que tuve que hacer todos los bordados de la chaqueta de la modelo, lo que me hizo gastar más tiempo del esperado. Eso sí, aunque en un principio no estaba muy convencido con el resultado, la verdad es que luego, mirándolo, me parecía un buen trabajo:
Es gracioso lo de siempre: la cabeza conceptualiza y dice que esto es una chaqueta blanca con zonas malva y que los bordados están hechos con hilo dorado o algo que brilla bastante. Pero a la hora e pintar toda esta información no nos vale de mucho. Por contra, lo que nos es útil es pensar hacia qué tonos va derivando el hilo de los bordados, por ejemplo, y así vemos que dependiendo de la zona en la que se encuentren estos motivos, pueden virar más hacia el verde claro, el naranja, un rojo garanza o directamente el marrón. Nada que ver con lo que "piensa" el cerebro. Me recuerda a ese ejercicio del estupendo manual "Aprende a dibujar con el lado derecho del cerebro" de Betty Edwards. Se trata de copiar un dibujo a línea, pero una vez se copia tal cual y otra vez se copia poniendo el modelo cabeza abajo. Es increíble ver cómo gente que nunca ha dibujado hace una copia más que respetable tomando el modelo al revés y cómo sin embargo, el intento de copiar del original, se ve mediado por la razón, por el cómo deberían ser las cosas, lo que deriva en un dibujo de una pobreza extrema como se aprecia en esta entrada del blog de Marta Colomina:
Al tirar del lado izquierdo y más racional (pues ambos son racionales, no lo olvidemos) del cerebro, no estamos prestando atención a las formas, líneas y colores, sino a lo que nosotros tenemos almacenado en nuestra cabeza. resultado: dibujamos de memoria, no lo que tenemos enfrente. Ésto va muy relacionado con aspectos atencionales y de estar en el momento presente, lo que puede hacer del dibujo una especie de meditación.
Bueno, y tras el excurso plástico, sólo comentar también mi impresión favorable sobre el acabado de la camisa y tres toques rápidos con los que había resuelto la parte inferior del cabello, por necesidades del guión, ya que estaba trabajando la ropa y había zonas en las que se superponían.
Bien, vamos ahora a lo hecho el día de hoy, muy cnetrado en la cara y el pelo, las únicas zonas que quedaban por tarbajar más a fondo:
he querido hacer un trabajo más "inteligente" o más eficiente al menos. No he hecho una pasada general por todo el rostro, por ejemplo. Es decir, si había alguna zona que en la fase anterior ya había quedado bien perfilada, he preferido no insistir más en ella y dejarla como estaba, que el pastel tiene tendencia a guarrearse con nada las zonas debajo de los ojos, por ejemplo no han sido especialmente tocadas y así con la parte debajo de las cejas. A la nariz sí había que darle unos toques, porque estaba ligeramente amorfa y los ojos por supuesto había que oscurecerlos aparte de dejar un buen pegote de blanco para reflejar el brillo de los mismos. El punto negativo de esta parte es que despué de haber hecho una línea para marcar la dirección de ambos ojos y que quedasen a la altura, resulta que el de la izquierda se me ha ido un poco para abajo, y eso molesta bastante en el resultado definitivo. En los labios he decidido hacer un tratamiento muuuuy sucinto, sugiriendo formas y volúmenes.
respecto al pelo, ha habido un momento que he sufrido porque se me han mezclado el marrón, amarillo y azul celeste, con el caos de color que ello supone. De alguna manera lo he recuperado, a grandes y potentes trazos a la par que oscurecía las zonas indicadas con algo de marrón y verde oscuro. Sí, verde. uno pensaría que con meterle azul oscuro y marrón, pues ya está, pero al venirle una luz azul el lateral, eso hace que los oscuros se tiñan de verde y le da más coherencia al conjunto dibujado. La parte iluminada por un foco amarillo ha sido más sencillita y agradecida. Sobre una base de ocre amarillo y amarillo pálido ha sido suficiente emplear unos cuantos trazos anchos y firmes para resaltar unos pocos mechones que automáticamente se han "separado" del resto. Lo mismo con el contorno de la cara que presentaba esta iluminación. Y es así como hemos dado término a este dibujo, el número 14. Esta misma semana hay que empezar ya el nº 15.
¡A por ellooooo!
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