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miércoles, 27 de abril de 2016

Y así acabamos con los azules


¡Amig@s! Es para mi un placer anunciar que he acabado con este cuadro, aunque ha presentado más batalla de lo esperado. Supuse que sería una sesión de dos horas tranquilas para rematar esto con la calma. Pero qué va, estuve hasta el último minuto liado. Vamos por partes.
- El cielo lo dejé como estaba en la última clase, entre que me estaba quedando sin blanco y que realmente ya tenía una buena presencia, no quise monear mucho, que al final estas cosas se acaban por estropear si Uno se pasa con los añadidos.
- El iceberg lo volví a retocar. Todo. No estaba conforme con que aquella masa que debía parecer de hielo picudo y lleno de aristas cortantes, pareciese más bien una masa informe de carne azulada. Así que me apliqué y con unas cuantas pinceladas gruesas y potentes resalté la zona frontal del iceberg. El lado izquierdo del mismo también lo perfilé ligeramente. pero ya avanzada la sesión vi que la parte del fondo de la roca helada no me convencía en absoluto. Esteve, que es un grande me dijo que él no veía ningún problema a nivel pictórico y que por él, el cuadro estaba muy bien. pero como yo no estaba convencido me dijo que lo tocase otro poco, porque si era una cuestión de estética personal, había que respetarlo. "¡Qué es un artista sino un investigador de la estética!" dijo, y con semejante frase lapidaria, me dejó en el estado anímico óptimo para perseguir este objetivo. Algunas pinceladas en 'v' más tarde y algunas otras manchas para reforzar la textura de hielo bastaron para darme por satisfecho en esta lucha:


- Y una última cosa restaba: el reflejo del agua y los trozos de hielo flotando en el agua. Respecto al reflejo, llegué a un punto en el que tenía demasiado protagonismo y el profe me dijo que molestaba ligeramente a la vista. La solución no era demasiado difícil, con bajar un poco el tono con azules, enseguida se vio el efecto y el iceberg ganaba protagonismo. Lo de los hielos sobre el agua es una historia curiosa: comencé por hacer algunas manchas horizontales con blanco y algo de azul y magenta y el resto salió casi solo. Es espectacular que con tan pocas pinceladas se consiga engañar a la percepción y ofrecer el aspecto de un mar con mini islas de hielo que tenga un punto de veracidad. Tras esto y hacer algún retoque de ultimísima hora en la montaña que se aprecia a la derecha del horizonte lo di por concluido, que ya eran las nueve y media y me llamaba la cena. No ha quedado tan bien como el anterior cuadro en gama de azul, esta es mi apreciación. Pero sin embargo en este he hecho muchos experimentos con mezclas de colores y he ido (re)descubriendo cómo en general es mejor sugerir que copiar con toda fidelidad. Ya ha quedado hablado con el jefe que la semana próxima seguimos con las gamas de color, pasando en este caso... ¡al rojo! Y quien dice rojo dice naranja, algo de amarillo, etc. Bueno, va a ser una locura para el ojo, pero me da en la nariz que lo voy a disfrutar a saco.

¡Hasta la semana que viene!



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