Un retrato lleno de vida

En ocasiones veo... ¡pizarras y rotuladores llamándome a gritos! Muchas veces, al atender una llamada personal en el trabajo, me voy a una sala de reuniones, para estar más a mis anchas. El otro día, mientras estaba en una de éstas, vi la pizarra con los papeles gigantes puestos y me apeteció hacer un pequeño ejercicio de imaginación. Ya os he contado en alguna ocasión aquel ejercicio que aprendí con Xanu, tan sencillo como divertido y de resultados sorprendentes. Se trata de coger un lápiz o similar, una hoja de papel y empezar a trazar líneas curvas o círculos directamente y sin ton ni son. Al cabo de unos segundos, se empiezan a ver formas y ahí podemos reforzar algunas líneas para ir dando entidad a aquello que nuestra imaginación va configurando. De verdad que a veces salen cosas chulísimas y yo personalmente tengo a veces la impresión de que fuesen hechas por mano de otra persona.
Así fue también en esta ocasión, en la que tras hacer las mencionadas líneas se me apareció la cara de un señor mayor con aire afable y se me antojó que era un antiguo escritor, al que sin duda le hacía falta una buena gola:

Aquí se puede apreciar mejor el detalle de la figura:

Lo divertido del asunto es que el papel había servido para una clase de alemán en la empresa y la cabeza aparece rodeada de palabras: llevar consigo, decir,... y aquel señor con expresión amable pero distante parece naufragar entre todas ellas. Un placer siempre dibujar así, de hecho últimamente me planteo si no me iría bien un día dibujar por dibujar, sin una finalidad, por divertirme como un enano. Tengo que revisar esto, porque a veces ¡me parece que me estreso más de lo que disfruto con el dibujo!

¡Hasta la proxima trastada laboral!