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miércoles, 20 de abril de 2016

Qué poquito le queda a este ya

Ayer estuve a dar una vuelta por el Espai d'art, ¡benditos martes! Es un día guay, porque en el taller lo pasamos bien, nos echamos unas risas, nos contamos historietas y todo ello rodeado de diferentes estilos y aproximaciones a todo este conglomerado de actividades que hemos venido en denominar arte. Además vas viendo cómo evoluciona la gente y también como la chavalada nueva que entra aprende a dibujar. Me hace recordar cuando a mí mismo se me abrió el cielo en el momento en que comprendí de qué trataba este -de momento ruinoso- asunto del dibujo y la pintura. Pero a lo que vamos, que yo he venido a hablar de mi libro: estuve peleándome un día más con mi iceberg favorito en tonos azules y a punto me quedé de terminarlo. pero entre que había llegado tarde y que no tenía el día muy concentrado, pues no pudo ser.
Durante la primera parte de la sesión me encargué del cielo sobre todo. En la última clase se me había solidificado. Sí, sí, como lo oyen Vds. Por lo menos ésa era mi sensación. Las nubes habían quedado muy sólidas, con formas demasiado contundentes y poco aéreas. Así que cogí la paletina ancha y con una buena mezcla de azules, algo de magenta y blanco me dediqué a sugerir y de paso le restaba algo de protagonismo en favor del iceberg. Por otro lado empecé a dar más masa y textura a la parte frontal del iceberg, con pinceladas más cuadradas (a sugerencia de Esteve, el Grande) y toqué algo del reflejo en el agua:


Sin embargo, en este caso, el trabajo fuerte fue en la siguiente parte de la clase. Se puede apreciar a simple vista la diferencia entre los reflejos, por ejemplo y también cómo seguí a pala y pico con el bloque de hielo, oscureciendo algunas partes para marcar bien la separación entre planos. Podría haber seguido en la dinámica de las últimas clases y poner unas buenas pinceladas de colores más llamativos, como naranja o rojo, pero decidí ceñirme al ejercicio con los tonos de azul y continué enriqueciendo todo lo que supe las mezclas entre ellos. También incluí el verde esmeralda, que al ser bastante azulado me venía al pelo en crudo o mezclado con blanco. No faltaron las trastadas con el magenta que a veces llevé hacia el violeta para darle más riqueza al conjunto. Aparte de todo ello, le di una nueva pasada al cielo para terminar de perfilarlo, con unos buenos toques de blanco que simulasen la parte más clara de las nubes y por último aclaré la parte de la derecha del agua, que aparecía mucho más clara en la fotografía de referencia. Con todo ello, llegamos al siguiente punto: 


O sea, un punto bueno ;). No hay mucho más que comentar, sólo unos cuantos hielos que coloqué alrededor de la masa helada, tal y como aparecían en la imagen. Como ya era tarde me limité a dejar señalados los más grandes de ellos, en previsión de las próxima sesión, en la que tendré que reflejas que hay un montón de estos pedazos de hielo.. Y con esto me dieron las 21:30 h y con ello la hora de cerrar el chiringuito hasta otro día. La cosa apunta maneras y tiene pinta de que se puede acabar en la próxima sesión.

¡Hasta la semana que viene!



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