Pero no de esas de comer, no. Me estaba quedando sin espacio en la libreta y aprovechando que fuimos con colegas a comer por ahí, pues aproveché la última doble página que me quedaba: la de las cubiertas de mi libreta:
Nunca lo había hecho y reconozco que da una cierta sensación de alivio ver que se puede dibujar sobre las tapas y que nadie se muere ;)
¡Hasta el próximo!
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