Hoy me ha dado por ir a saco y no he parado de dibujar en todo el camino al trabajo:
empezamos bien, con un muchacho muy entregado a la música de sus cascos. Y luego un tipo que me ha pillado un par de veces, aunque no ha hecho nada más que mirarme con algo de dureza:
Un poco más allá había un muchacho con una pose muy guapa que me he decidido a exagerar voluntariamente con líneas y texto:
En el tram he empezado a hacer a una muchacha que estaba de pie:
Pero la jodía se ha girado 180 grados y he tenido que intentar trasponer las líneas de un perfil al otro, con un exito más bien modesto. Y una parada antes de bajarme estaba esta señora:
La ventaja del pañuelo en la cabeza es que facilita mucho la tarea del dibujante al limitar los arabescos a que da lugar el pelo.
A la vuelta del trabajo y aunque no iba muy cómodo, he visto a un señor con una cara y una expresión dignas de figurar en el cuaderno:
Y ya tocaba baqjarse y volver a casa, para dejar descansar a la pobre libreta (probablemente hasta mañana)
¡Nos vemos!
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