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martes, 13 de septiembre de 2016

Apunte en la oficina




El lunes me puse a hacer el tonto un poco con la pluma Sailor que había rellenado con mi tinta casera de nogalina (esa que había aprendido a hacer en el curso de Domestika con Rousselot). Y claro, fui viendo los diferentes trazos, más anchos, más finos, etc, y luego no sé cómo empecé a hacer el vaso que tengo en la mesa. Eso me llevó a hacer la botella que estaba detrás. Y luego me dije que por qué no hacer el ratón del ordenador, que lo tenía muy a mano. Pues bien, poco a poco fui enganchando una cosa a la otra y acabé por hacer todas las cosas que tengo en la mesa, exceptión hecha de la pantalla del ordenador que era un poco grande para incluirla:


Y me gustó mucho dibujar así, me recordaba a lo que decía Antonio (aka Shiembcn) de su manera de dibujar: él nos contaba que empieza cualquier dibujo con un detalle y desde ahí lo va expandiendo como si fuese una tela de araña. Los resultados son sorprendentes. Claro que las proporciones no son correctas, pero gracias a ello, el dibujo gana en expresividad a saco. El puntazo fue hacer todas las teclas del teclado. Hace tiempo que no consigo centrarme en estos detalles porque básicamente no tengo paciencia para ello. Pero últimamente consigo tomármelo con más filosofía, lo que me permite darme el lujo de hacer estos detallitos. Y hay que reconocer que el dibujo gana un montón trabajando de esta manera. En fin, una súper buena experiencia que habrá que repetir ;).

¡Hasta otra!

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