Por la tarde saqué mi libreta cual pistolero del oeste para hacer un sketch de una chica que parecía bastante tranquila. Pero no, no lo era:
Se fue al poco de haberlo empezado, así que lo rematé con una cara estereotipada y unas letras, tras lo cual, hay que reconocer que ha ganado en gracia. Pero luego lo compensé con uno de los sketches más interesantes de esta libreta:
Una escena en la que parece que se puede palpar la luz y sentir el aire. Con los deberes hechos, ¡bien contento que me fui a casa!
¡Hasta otra jornada!
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