(Fuente: cosasvisuales.com)
Los dibujos de Scheinberger al principio chocan, porque podrían tratarse con el mismo prejuicio que nos invita a decir delante de un Picasso: 'eso lo hace mi primo de dos años'. Pero invito al lector a que vaya fijándose más y mejor en cada uno de los dibujos de este caballero y verá como al poco los encuentra increíblemente originales y como emanando vida interior. No se trata de dibujos en los que se pretende alcanzar un grado altísimo de fidelidad con el modelo (¡ni mucho menos!), sino unos de un expresionismo tan brutal que acaba por contarte cosas de la gente y los espacios que quedan reflejados en sus cuadernos.
Todo ello sin hacer mención al uso del color. En el libro que nos ocupa lo deja claro: si vamos a trabajar con acuarela hay que trabajar lo más rápido posible. Cuanto más rápida la mancha de acuarela, más potencia para el dibujo. esto es más evidente en sus retratos, pero si se observa un paisaje hecho con esta fiosofía, el resultado es alucinante.
En definitiva un libro muy interesante e idóneo para perder el miedo a rellenar páginas y páginas de cuadernos. Tanto es así que estoy animado a comprarme unas cuantas libretas pequeñas para empezar a hacer el animal y experimentar un poco con todo lo que se comenta en el libro. Además esto se ajusta perfectamente a la cantidad de tiempo de que dispongo ahora mismo (cercana a 0) y es algo que puedo hacer en los viajes de metro y tranvía al/del curro. ¿Os animáis?
¡Hasta pronto!
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