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jueves, 30 de abril de 2015

Un problema de dicción + ¡300 entradas!

Ni más ni menos que un problema de dicción me dijo el amigo Esteve que tenía yo. Esto no quiere decir que sea dixlésico (nótese la ironía en la ortografía) ni que me cueste pronunciar ciertas combinaciones fonéticas, no. Esteve hablaba de dicción en la pintura, con lo que entendí que se refería a la forma de mis pinceladas en el lienzo. Y tenía razón. A la hora de trabajar un óleo, por algún extraño motivo, abuso de las pinceladas cortas de forma generalizada. El jefe me habló de energía, esa palabra que a veces parece estar maldita por tanto mal uso que se ha hecho de la misma. Se refería al cuadro del niño hindú que lleve al taller para recibir sus indicaciones al respecto. Y me comentó algo que ya en casa me había llamado la atención: la cara de la señora que está por detrás del protagonista tiene mucha más fuerza a este nivel de dicción que el niño. Ya no me es posible retocar este cuadro, pues lo tengo que presentar al concurso para el que fue ideado, pero lo tendré muy en cuenta para futuros óleos. Como ulteriores indicaciones, Esteve me comentó asimismo que el pelo del niño estaba un poco plano y el ojo bueno también, ya que deberían tener más profundidad que el plano del fondo.
Y una vez hecha la "evaluación", procedía a continuar con el cuadro del bebé echando una cabezadita en el suelo. Me había llevado, obediente como soy, la fotografía aumentando el nivel de saturación de los colores e impresa en un papel fotográfico, semibrillante. De esta manera, me había dicho el profe que podría ver mejor los colores para ir poniendo punto y final a este cuadro.
Ya tenía el bebé hecho, la mantita, y me faltaba algo más de trabajo en el adoquinado y los plásticos sobre los que duerme el infante. Ahí me puse, teniendo en cuenta lo que acabábamos de hablar sobre la dicción. Así que me explayé con pinceladas laaargas y que "acompañasen" la forma de los adoquines, por ejemplo, lo que se ve más claramente en la parte del plástico blanco-azulado. Y como estaba un poco saturadillo, ahí lo dejé, ¡e incluso me fui antes de la hora! Cosa insólita. De postre, dejo la imagen del status actual del lienzo en cuestión:

 
¡Y antes de despedirme, quería celebrar la entrada número 300 de este blog! Esto ya va teniendo cierto peso y me gusta la dirección que ha ido tomando, así como los progresos de los que voy siendo consciente. Muchas gracias a todos los que en algún momento vais pasando por aquí (me consta que no es una legión, pero siempre es agradable tener la sensación de que a alguien le pueda servir algo de lo aquí expuesto), por supuesto a mi familia y en especial a mi mujer, que me apoya en esto a pesar de que me consume mucho tiempo y a veces no puedo tener con ella las atenciones que debería. Ya sabes que te quiero mucho, no, lo siguiente.

¡ Hasta la próxima!

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