Esteve me había comentado que tenía que ir trabajando el resto de partes del cuadro, así que me lié con el fondo de los adoquines de la acera y con la mantita en la que está tumbado el crío. Pues bastante bien hasta aquí. Seguí currando todo a mi ritmo. Y entonces ocurrió lo inevitable:
Errores que no debo volver a cometer cuando trabaje con óleo:
- No excederme en la cantidad de cada color sobre la paleta
- No querer aprovechar todos los colores en los últimos minutos de la sesión
- Mezclar los colores con calma y no dejarme llevar por el ansia
- No perder nunca de vista el claroscuro
- No creerme Picasso
Bueno, creo que con esto será suficiente para no caer otra vez en estos errores garrafales que en este caso, me van a costar un buen esfuerzo para que el cuadro vuelva a su ser. A veces Uno tiene que aprender a base de golpes, ¡qué le vamos a hacer!
En fin señores, me despido por este mes, ¡y nos vemos la próxima semana en el Espai d'art!
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