En primer lugar y como de costumbre, hay que eliminar el exceso de carboncillo del lienzo, así que con unos cuantos golpes de muñeca, la tela queda lista para empezar a cubrirla con el óleo. Empecé con unas capas muy diluidas para hacer la figura principal:
Era necesario diluir bastante el óleo para poder "llenar" grandes superficies del cuadro en poco tiempo, ya que el pincel más gordo del que dispongo no es lo suficientemente grande para una tela de estas características. Como se ve, dejé planteados los principales planos y claroscuros para posteriores fases. Continuamos después con el fondo:
Se trata de la primera figura que aparece inmediatamente detrás del niño. Me gusta que haya quedado tan sólida tras una sola pasada y así "respalda" de alguna manera la figura principal. También hice el saree de la muchacha de la izquierda y las camisas de los hombres y niños de la derecha. Para terminar:
Pues sin mucho misterio, la verdad, terminar de esparcir las pinceladas para dar vida al fondo y cubrir el pelo del muchacho, a la par que le iba dando los primeros toques de colores que no tienen nada que ver, como azul y verde. Mi intención es que más allá de como aparece ahora (demasiado "dibujístico" para mi gusto, es decir, que parece un dibujo o un dibujo animado, poco real y poco plástico), se acabe convirtiendo en una explosión controlada de color y vibraciones cromáticas varias. A ver si esto se queda en palabrería ;).
De postre, un par de fotos de las manos del artífice:
y el primer plano de la mano sufridora:
Hasta aquí dio las casi 3 horas que me puse a batallar con este monstruo. Hoy he estado mirando, pero el óleo todavía no está seco. Creo que tendré que seguir la misma rutina que en el Espai d'art y dejar que seque durante una semana para poder retomarlo el próximo domingo.
¡Hasta la próxima muchachos!
para mi una maravilla, que colorido tan bonito y que manos del artista tan estupendas.Gracias por tener cosas hermosas en las que recrearse una.Un abrazo enorme. Chelo
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