¿Qué hacer cuando tienes una semana tonta en el curro y apenas hay cosas para hacer? Muy fácil, haces lo poco que tengas a toda velocidad y de ese modo dispones de tiempo para ti mismo XD. Es así como en los últimos tiempos me he aficionado a Lapsus y a la música electrónica, por ejemplo (¡hasta me he hecho una playlist!). Y en otros ratos, pues he estado dibujando, cómo no. El otro día me apetecía ver si clavaba un retrato de perfil, y no ha quedado nada mal:
Las proporciones pueden no ser exactas, pero el boceto parece tener vida, y me gusta ver eso, tanto en un dibujo propio como en uno ajeno.
Otro día estuve echando una ojeada a un libro de Andrew Loomis que había conseguido y que era muy interesante por el enfoque decididamente didáctico que tiene el autor. Así hay montones de diagramas de cómo son las proporciones de cuerpo y cara, cómo sombrear o diferentes métodos para lograr hacer dibujos consistentes. En esta ocasión quería centrarme en algo que había visto de pasada: cómo situar diferentes figuras en el espacio guardando la relación entre todas respecto a un mismo punto de fuga. Es una ayuda utilísima, ya que normalmente Uno sitúa los personajes un poco al azar y por intuición, pero con el método sugerido por el maestro Loomis las cosas se simplifican considerablemetne a la par que adquieren consistencia espacial. Ahí va el dibujo realizado:
Es muy petardo, pero se trataba de comprender el funcionamiento de esta dinámica, para lo que basta y sobra. La teoría es la siguiente: dado un punto de fuga sobre la línea del horizonte (línea en la que se sitúa la mirada del dibujante/espectador) hacemos una cabeza del tamaño x y la fugamos hacia este punto. Esto nos va a dar la medida que utilizaremos en todo el dibujo. Como las líneas que fugan son convergentes, cuanto más cerca de la línea del horizonte, más juntas estarán, y la cabeza que situemos entre las mismas será cada vez más pequeña. Esto parece una perogrullada, pero no olvidemos que gracias a la medida de la cabeza, podemos obtener asimismo la medida de todo el cuerpo (8 cabezas), de manera que la coherencia entre los diferentes planos está asegurada. Este experimento me causó gran alegría, porque es una manera infalible de situar cuerpos en un espacio tridimensional. ¡Cuántos años de ensayos y errores me habría ahorrado de haber sabido esto! También hice una prueba con otros puntos de fuga dentro de la misma línea del horizonte, pero esto tendré que estudiarlo más en detalle, porque en este caso, el tamaño de las cabezas en la misma franja horizontal para dos puntos de fuiga diferentes no se corresponden.
Y por último una curiosidad de la memoria:
Hace muuuuuchos años, me pidió mi hermano que le hiciese un dibujo para unos deberes del cole o el instituto que tenía que hacer. La imagen que me pidió era la de una pareja abrazándose. Todavía hoy recuerdo a la perfección el dibujo lleno de clichés anatómicos y con un estatismo fantasmal, muy poco natural vaya. Esta mañana estuve pensando: "¿qué pasaría si hoy me pidiera alguien un dibujo semejante?". Y la respuesta fue esta. Poco o nada que ver, y aunque no es más que un pequeño boceto, es más orgánico y dice muchísimo más que aquel dibujo que todavía guardo en la memoria. Y además está totalmente sacado de la manga (o la memoria, lo que se prefiera), basándome en años de observaciones de modelos y gente. En fin, que hemos progresado (¡gracias a lo que sea!)
¡Hasta otra!
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