Estos días estamos en Lisboa, disfrutando de las vacaciones, tomándonos la vida con calma, disfrutando de las vacaciones (lo repito, ¡pero es que nos hacían mucha falta!). Total que el lunes nos fuimos para casa de mis suegros a pasar un par de días con ellos. Mi suegro tenía mucho trato con pintores de la zona, por su antiguo trabajo, y la casa está repleta de cuadros pequeños y grandes. Pero hay uno que a mi entender supera a los demás:
Un paisaje, sí, y relativamente simplón, pero cuanto más lo miro, más me cuesta sustraerme a la impresión de que hay mucho más en este cuadro de lo que parece. Así que voy a arriesgarme a ofrecer mi interpretación del mismo, que no sé si coincide con la intención original del autor (me da la impresión de que no, pero no puedo estar seguro, porque me parece ver cierta intencionalidad poco casual). Fijémonos en un primer plano, vemos dos árboles ¿sí? Vale, ahora vemos que están un poco inclinados el uno hacia el otro, lo que me lleva a pensar en una pareja. Sólo con introducir esta idea, el cuadro se transforma. La pareja parece mirar a lo lejos, contemplando precisamente el paisaje, dque sin embargo yo veo preñado de símbolos:
- Un río, que identifico con la vida, siempre en movimiento y que nunca puede detener su curso
- Un bosque lateral, de árboles todos iguales, que me sugiere la idea de masa. A la vez tapan parte del paisaje, lo cierran, de alguna manera se pueden ver como algo incluso amenazante.
- La parte de flores rojas (¿amapolas, tal vez?) del campo. Rojo = pasión
- La casa, el hogar, el sitio al que volver y que representa a la vez trabajo, sacrificio y calidez
- La montaña detrás de la cabaña, probablemente relacionada con las ambiciones, las creencias espirituales en un más allá o un más acá...
- Y un cielo nublado, que resta la certidumbre del sol, que nos deja sumergidos en la duda y en el desasosiego del no saber. Me gusta recordar en este momento aquellos versos de la Canción de un desesperado hablando con su alma:
"Como cuando el cielo se despeja", cuando se eliminan las incertidumbres y todo aparece claro a la vista. Así que el cuadro se me presenta como la metáfora del camino vital de una pareja (seguramente ya ancianos) que es observado desde la distancia, los logros y fracasos, alegrías y miserias, etc.
En definitiva, es un regalo para mis ojos y una fuente inagotable de significado y de regocijo el poder disfrutar de tanto en tanto de este cuadro. Al final se trata de una experiencia estética en la que proyectarnos e intentar adivinar en qué consistía el juego que manejaba el autor. Y se trata igualmente de un aprendizaje que nunca deja de sorprenderme, ¿cómo se puede conseguir decir tanto con un motivo aparentemente tan sencillo? Pensemos por un momento en Los Girasoles de Van Gogh...
A veces cuando vamos a los museos, se hace un scanner general de lo que hay, te quedas con una pieza o dos que te han llamado la atención para luego poder comentarlo,... Y es una opción muy válida, pero personalmente me gusta entablar diálogos con los cuadros (y con cualquier forma de expresión artística en general): ¿qué me quieren decir con eso que está allí representado? ¿Qué ofrece a la comprensión de nosotros mismos, de lo que estamos haciendo aquí? ¿Qué puede aportar a la Humanidad como especie? ¿Por qué unos trazos y no otros? ¿Por qué unos colores y no otros? ¿Por qué unos formatos y no otros? ¿Qué pasaba por la cabeza del artista a la hora de concebir la obra? ¿Cómo me afecta eso a mí? ¿Es arte sólo por estar en una institución que alberga obras de arte? ¿Cómo ha llegado a ser conocido este artista? Y así un sinfín de cuestiones que me sirven para intentar captar mejor aquello que se me ofrece como arte. En fin, es sólo una manera posible de enfocarlo pero a mí me funciona ;)
¡Hasta la próxima!
Un paisaje, sí, y relativamente simplón, pero cuanto más lo miro, más me cuesta sustraerme a la impresión de que hay mucho más en este cuadro de lo que parece. Así que voy a arriesgarme a ofrecer mi interpretación del mismo, que no sé si coincide con la intención original del autor (me da la impresión de que no, pero no puedo estar seguro, porque me parece ver cierta intencionalidad poco casual). Fijémonos en un primer plano, vemos dos árboles ¿sí? Vale, ahora vemos que están un poco inclinados el uno hacia el otro, lo que me lleva a pensar en una pareja. Sólo con introducir esta idea, el cuadro se transforma. La pareja parece mirar a lo lejos, contemplando precisamente el paisaje, dque sin embargo yo veo preñado de símbolos:
- Un río, que identifico con la vida, siempre en movimiento y que nunca puede detener su curso
- Un bosque lateral, de árboles todos iguales, que me sugiere la idea de masa. A la vez tapan parte del paisaje, lo cierran, de alguna manera se pueden ver como algo incluso amenazante.
- La parte de flores rojas (¿amapolas, tal vez?) del campo. Rojo = pasión
- La casa, el hogar, el sitio al que volver y que representa a la vez trabajo, sacrificio y calidez
- La montaña detrás de la cabaña, probablemente relacionada con las ambiciones, las creencias espirituales en un más allá o un más acá...
- Y un cielo nublado, que resta la certidumbre del sol, que nos deja sumergidos en la duda y en el desasosiego del no saber. Me gusta recordar en este momento aquellos versos de la Canción de un desesperado hablando con su alma:
La muerte está ante mí hoy
como cuando el cielo se despeja
como cuando un hombre descubre aquello que ignoraba
En definitiva, es un regalo para mis ojos y una fuente inagotable de significado y de regocijo el poder disfrutar de tanto en tanto de este cuadro. Al final se trata de una experiencia estética en la que proyectarnos e intentar adivinar en qué consistía el juego que manejaba el autor. Y se trata igualmente de un aprendizaje que nunca deja de sorprenderme, ¿cómo se puede conseguir decir tanto con un motivo aparentemente tan sencillo? Pensemos por un momento en Los Girasoles de Van Gogh...
A veces cuando vamos a los museos, se hace un scanner general de lo que hay, te quedas con una pieza o dos que te han llamado la atención para luego poder comentarlo,... Y es una opción muy válida, pero personalmente me gusta entablar diálogos con los cuadros (y con cualquier forma de expresión artística en general): ¿qué me quieren decir con eso que está allí representado? ¿Qué ofrece a la comprensión de nosotros mismos, de lo que estamos haciendo aquí? ¿Qué puede aportar a la Humanidad como especie? ¿Por qué unos trazos y no otros? ¿Por qué unos colores y no otros? ¿Por qué unos formatos y no otros? ¿Qué pasaba por la cabeza del artista a la hora de concebir la obra? ¿Cómo me afecta eso a mí? ¿Es arte sólo por estar en una institución que alberga obras de arte? ¿Cómo ha llegado a ser conocido este artista? Y así un sinfín de cuestiones que me sirven para intentar captar mejor aquello que se me ofrece como arte. En fin, es sólo una manera posible de enfocarlo pero a mí me funciona ;)
¡Hasta la próxima!
El comentario del cuadro de tu suegro m parece fantastico. Hay que ver cuando se lee mas lejos de lo que ven los ojos.Toda mi fuerza y cariño para el almendro. Mama
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