Ayer tocaba sesión de modelo como cada viernes en la Academia Taure. Hacía unas cuantas semanas que no iba por unas cosas y otras, así que lo cogí con ganas. La noche anterior me había planteado qué quería llevar y no lo tenía muy claro, pero como iba a ir después del curro directamente, no quería nada muy aparatoso. Total, que al final me decidí por llevar una vez más los materiales de Urban Sketching y una libreta gorda para dibujar que tengo por ahí y que ya me había llevado en otras ocasiones.
Llegué más o menos a tiempo y me senté a preparar los bártulos. Vi al modelo de espaldas y se trataba de un chico, pero no sé por qué al verlo de espaldas, se me antojaba que era una chica ¡cosas mías! -pensé. Se me ocurrió hacer un pequeño experimento y utilizar la Lamy Joy caligráfica para dibujar y sabiendo que la tinta reacciona con el agua de forma parecida a la acuarela pero más imprevista, si cabe. Así que me lié con la primera pose. Pero mientras estaba dibujando me quedé bastante chocado al comprobar que el modelo no tenía genitales. Tal cual. No fue sino tras un ejercicio de observación que me di cuenta de que los pechos no eran exactamente unos pectorales masculinos sino que tenían un gran parecido con unos pechos femeninos. Así que colegí de todo ello que efectivamente y como había pensado en un principio ¡se trataba de un cuerpo femenino! Pido disculpas por mi ignorancia y si en algún momento algo de lo dicho resulta ofensivo para el modelo en cuestión pues mil perdones. El caso es que después de entender la situación, me pareció genial por parte de la Academia Taure el uso de modelos que suponen un desafío en un sentido u otro (ya nos las habíamos visto con embarazadas, gente de más edad o con volúmenes que desafiaban ampliamente el canon de belleza esquelético occidental) y en este caso daba pie a reflexionar sobre aquello que denominamos género. Comúnmente aceptamos que hay dos géneros, y es por ello que hay situaciones que nos suponen un esfuerzo extra de comprensión, como los transexuales, travestis o también la gente asexual. Pero son realidades que conviven y deben poner de relieve que quizá nuestras categorías son funcionales pero no omniabarcantes y que siempre es bueno que la diferencia dé un puñetazo en la mesa para hacer temblar los cimientos de saberes que quizá se han quedado anquilosados formando edificios demasiado antiguos para el mundo en el que nos movemos.
No os doy más la brasa, os dejo con lo hecho durante la sesión y los comentarios que aparecen dejando posado el ratón sobre cada imagen:
Una cosa en la que me fijé durante toda la sesión es en hacer la cara con muy pocos medios, cuatro rayas para los ojos, dos puntos gordos (dependiendo de la perspectiva) para la nariz, dos rayas para la boca. Y ¡vaya si resultó! Me parece que en algunos casos capté mucho mejor la expresión del modelo que con un dibujo más detallado. Y esto fue todo lo que dio de sí la sesión, perdí algunas poses después del descanso en la búsqueda desesperada de algún cajero del que sacar pasta para poder pagar la sesión, pero quizá eso me ayudó a no aburrirme.
¡Hasta otra Academia Taure!
No hay comentarios:
Publicar un comentario