Ahí queda eso señores:
Llegando con unos 5 meses de retraso al ecuador del año en lo que a dibujos semanales respecta, me puse ayer a dar una última manita a este dibujo. Habíamos quedado en que serían 2 sesiones por dibujo, pero por cosas del directo, no me parecía que este dibujo se pudiese dar por terminado y preferí pulirlo un poco en una horilla de trabajo que le dediqué ayer.
Lo fundamental era trabajar el rinoceronte de la derecha, en el que el claroscuro estaba un poco confuso y trabajar mejor la piel, porque había quedado muy sin gracia, con una textura que era mejorable y una plástica bastante monótona. Y de eso fue el trabajo, de inventar líneas y formas de generar volúmenes a partir del carboncillo, el difumino y la goma. Para la textura casi escamosa de la piel, probé con toques cortos e irregulares de la goma, prestando atención, eso sí, a que no se me fuesen de la valoración inicial de sombras y luces. Y por la parte de la cabeza había bastante trabajo por hacer para conseguir la superficie llena de pliegues que se aprecia en la imagen. Fue un poco delicado, porque el valor de sombra en la parte de la quijada no era muy oscuro y había que andar con ojo para que todo quedase más o menos en su sitio y no desentonase. Un poco más de curro en la zona del ojo, profundizar en los negros y repasar la pata para conseguir una textura más verosímil y ahí lo dejé. Luego me preocupé de acentuar el contraste entre las zonas de máxima luz y máxima oscuridad del rinoceronte de segundo plano y con eso lo di por terminado, que no quería enredarme en detalles por mor de un resultado más sintético.
¡Hasta el próximo!
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