El sábado pasado,
cuando fui al curso semanal de Urban Sketching, le comenté a Antonio que el sábado siguiente no podría ir, por asuntos familiares. Así,
que tan majo él, me dio otra opción para el martes tarde, de 17:30
h a 19:30 h. Me iba un poco justo y además estaba de back-up, con lo
cual me era imposible salir antes de mi hora, por el volumen de
trabajo en el curro, pero por supuesto que me apunté, porque
realmente me lo paso genial en este curso. Así que salí a toda
pastilla del curro a las 17:15 y con la bici me planté en PlazaEspanya y luego en el Caixa Forum cerca de las 17:45 h (¡es casi un
nuevo record personal!).
Pregunté a Antonio
donde andaban y me dijo que subiese a la terraza modernista. Lo bueno
del curso de Urban Sketching es que acabas conociendo sitios súper
guapos sin querer. No sabía yo que pudiese subir Uno a esta terraza,
que tiene unas posibilidades a nivel de dibujo fascinantes. Llegué a
la hora que llegué y la gente estaba casi de desbandada, porque
hacía más bien fresquete y porque estaba bajando ya mucho la luz.
Le dije a Antonio si tenía unos 10 minutos y me dijo, que ok, y que
de todos modos si no, iban a estar en la exposición de animales y
faraones, que era el plato fuerte del día. Así que me lié la manta
a la cabeza e hice la terraza modernista a marchas forzadas
reciclando lo ensayado el viernes pasado en la Academia Taure. Tiré
de Lamy Joy para dar diferentes valores de línea y rematé
extendiendo manchas de tinta con agua hacia el exterior de los
edificios, en el cielo, dejando éstos casi en blanco.
Posteriormente, trabajé con algo de acuarela roja el cielo para dar
la atmósfera del atardecer, pero eso ya fue dentro de la exposición
donde la luz era algo menos deficiente ;).
Y allí que me colé,
en una exposición sobre Egipto muuuuy guapa con fondos del Louvre(parece que es una parte ínfima de los fondos que tiene el museo
francés), que versaba sobre la relación de los egipcios con los
animales en sus múltiples vertientes: mitología, vida cotidiana,
estatuaria, embalsamamientos (¡había un cocodrilo entero y
todo!),... ¡Simplemente alucinante!El profe me sugirió utilizar
alguna estatua que se cerniese sobre el anterior dibujo de la
terraza, y estuve viendo algunas de gatos, roedores,... Pero la que
más atrajo mi atención fue un pequeño recipiente -yo diría que
era un ungüentario- con forma de la diosa Tueris, la
diosa-hipopótamo. Era realmente pequeño, pero le di una dimensión
gigantesca y todo ganó otro sentido:
Siguiendo el guión
de Antonio, tracé unas líneas de jeroglíficos por encima y de
pronto estaba ante un diseño súper guapo, como si se tratase de un
cartel que anunciaba alguna cosa. Parece mentira que con tan pocos
medios, se pueda conseguir un resultado tan vistoso. Al lado ya se
aprecia lo que me dediqué a hacer en el siguiente momento:
Según las pautas de
Shiembcn, hay que combinar sabiamente la línea y el color. Es decir,
para que el cuaderno quede con gracia y ritmo, hay que ir alternando
los trabajos de color con los de línea y los de línea+color. Así
que tras haber hecho un par de trabajos muy de mancha y color
(especialmente el de la diosa hipopótamo), convenía trabajar ahora
algo más lineal, así que aproveché unas figuras que había en una
vitrina para romper el predominio de la mancha con líneas muy puras
y sintéticas utilizando diferentes medios: Posca, rotulador y
Tombow. Lo gigante vino a continuación. Me había hablado el profe
sobre la estatua de una deidad con cabeza de carnero que me había
dejado flipado y antes de terminar no me pude resistir a hacerla en
mi cuaderno. Me curre un monocromo con acuarela que me dejó
sorprendido hasta a mí mismo. Hacía mucho que no me animaba con un
trabajo de éstos, quizá por pereza, pero la verdad es que el
resultado está muy guapo. Además me fue bien para elaborar un
método a la hora de trabajar así la acuarela: primero dejar el
medio godet bien pringadito con agua e ir mojando en la parte
superficial que tiene menos pigmento para progresivamente ir llegando
al fondo, donde se encuentra la mayor carga de color. Un poco de rojo
y marrón oscuro ayudaron con las sombras y así terminé la sesión,
que ya era casi hora de cerrar la exposición. Al final de la tarde
el cuaderno lucía este aspecto:
Y poco más que
decir, no hubo foto finish porque la gente iba abandonando el barco
progresivamente y yo me fui para mi casa, contento como siempre
después de haber pasado un muy buen rato con los compis dibujantes.
¡Hasta la semana
que viene, Urban Sketchers!
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