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miércoles, 24 de febrero de 2016

Pasando el Urban Sketching del sábado al martes

Este sábado no estar´en Barcelona, así que hablé con Antonio para que me dejase pasarme el martes con el otro curso que lleva. Habían quedado en la Diagonal, cerca del cruce con Passeig de Gràcia, donde se encuentra una iglesia preciosa con una fachada neogótica llena de ornamentos y salientes que prometía ir a ponernos en apuros. La idea era la siguiente: ponernos en la misma acera de la iglesia y jugar a deformarla, para que pareciese que en efecto, estábamos a pocos metros de la misma. El profe
nos proporcionó como indicación utilizar tres cuartos de la vertical para hacer la entrada incluyendo el remate que se encuentra sobre la misma e intentando cuadrar lo que quedaba por encima de la entrada en el cuarto sobrante de la vertical.
Yo intenté seguir estas indicaciones, pero en seguida se me fue la mano y el frontal de la entrada me ocupaba casi toda la altura del cuaderno... ¡error! De hecho cuando pasó por allí Antonio me dijo que era un churrete y que no iba a poder enderezarlo. Sin embargo, se me metió en las castañas (que diría mi madre) el intentarlo y sacar lo mejor posible de este primer intento algo fallido. Yendo un poco más despacito, fui calculando algunas proporciones básicas e intenté colocar el resto de la fachada en lo que me quedaba de cuaderno. Resultó no quedar tan mal, incluso con un toque muy auténtico. Una vez conseguí recuperar un poco el trabajo inicial, me puse con la ornamentación del frontal, que parecía muy complicada, pero al final se podía resolver en unas pocas líneas. Eso sí, estoy hablando todo el rato de la mitad izquierda de la entrada. Al pasar al lado derecho, se me desbarató un poco la perspectiva. Si nos fijamos bien, se ve que en la izquierda hay 4 ventanas en diagonal y debajo de la última va un vano al lado del cual queda una de las esculturas con un águila de la entrada. Ahora bien, al mirar la misma cosa en la derecha, vemos que la cuarta ventana en diagonal está muy alejada del otro águila. Para solventar mínimamente esto, y después de destacar el primer plano con un rotulador 0.8 mm, lo que hice fue una aguada muy general que disimulase el fallo de perspectiva en esa zona, a la vez que trabajaba más la izquierda, dando a entender que era la parte a la que la vista debía dirigirse:


Las sombras las quise hacer sólo con un azul, porque ya iba muy justito de tiempo y no me quería meter en algún otro berenjenal, Antonio me aconsejó aquí dar una aguada general en la parte frontal y también en el resto de la fachada, para que no se me separase demasiado una cosa de la otra. Así lo hice y luego fui insistiendo en las zonas de mayor oscuridad con pasadas sucesivas de acuarela. Al final quedo mucho más chulo de lo que el inicio de la sesión parecía augurar, y acabé aquí la primera cara del cuaderno japonés del curso.
Le di la vuelta y me dirigí a donde ya estaban los compañeros hacía un rato: en la estatua de la jirafa acostada al final de Rambla de Catalunya. Es una estatua de bronce muy original con una jirafa que parece posar ante un público de voyeurs. Como ya se estaba haciendo de noche, tenía unos tonos amarillos, ocres y muy oscuros que había que repartir con mucha cautela. De entrada me dijo el profe que lo hiciese con línea gorda. ¿Con rotulador? pregunté yo. Mejor con pincel y tinta china. Perfecto, mucho más expresivo, como a mi me gusta. Hice un primer esbozo grandote de la parte superior de la estatua, con el pincel recargable de tinta china. Y luego fui dando acuarela hasta llegar a esto:


Al comenzar a darle color no las tenía todas conmigo, la iluminación jugaba un poco en mi contra y no veía que lo estuviese haciendo especialmente bien. Luego pensé en ir poniendo cada vez más pasta, para hacer zonas de colores realmente densos y esto me fue muy bien. Mientras daba los colores estuve muy atento de dejar ciertas zonas más claras, sobre todo en algunos bordes inferiores (quijada y cuello), para sugerir la iluminación del metal en esas partes. Al final quedé encantado con el trabajo de la pata, por ejemplo y le di un último toque que me gusta últimamente: se trata de hacer algunas tramas con líneas paralelas de acuarela que voy cruzando. De esta manera mejora la plástica y se enriquece todo el dibujo. Había pensado en poner un montón de letras a lo largo del contorno del dibujo, pero creo que me voy a esperar a la próxima sesión para ver cómo lo enlazo y luego si veo que tal sí que las añadiré.

¡Hasta la próxima, Urban Sketchers!

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