Pues ya con esto solucionado, nos comentó Iratxe que la idea era trabajar con una gama de marrones, ocre, sienas, naranjas, etc. si el papel de base tenía un tono más tirando a beige: o bien trabajar con grises, azules, etc. si el papel era de color más azulado. Como el papel que me tocó en suerte era más bien tirando a marrón, me hice con un gris clarito, marrón oscuro, naranja, marrón rojizo y un rosa palo muy claro. Y con todo ello iba siendo hora de ponerse a ello. Esto es lo que saqué en claro:
Claro, parece que me extralimité con el pastel, porque parece que la idea era centrarse en el vidrio y no pintar la mesa sobre la que se apoyaba. Pero claro, me vi delante de un papel grandote con unos cuantos pasteles y no pude resistir la tentación :))). Sin embargo, el sobre sí que era más necesario dibujarlo para que se entendiesen los reflejos en el vaso. Un ejercicio sencillito pero que me encantó y además disfruté un montón haciéndolo, a pesar de contar con el tiempo justo. Semana que viene: ¡acrílicos!
¡Hasta entonces!
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