Translate

domingo, 15 de febrero de 2015

¡Terminado el dibujo de la semana 4/2015!

Ayer fue sin duda un día productivo. No sólo estuve por la mañana de Urban Sketching, sino que por la tarde, tras una copiosa comida a base de lentejas, pude terminar este dibujo semanal en un par de horitas. Curioso, porque cuando lo dejé aparcado la semana pasada, parecía estar apuntalado, pero me fui dando cuenta de que faltaba bastante curro por hacer y muchas zonas por trabajar. Veamos para lo que dio de sí la tarde.
Empecé por dar profundidad a diferentes zonas del cuerpo del animal, especialmente centrado en la cabeza y las patas:


Posteriormente me metí con cuidado en una zona que me preocupaba: la pata vendada del animal. El equilibrio de blancos y tonos muy leves de gris era muy delicado y era cuestión de no hacer el bestia en este caso (en contra de mis principios ;)):


Resultó ser algo menos complicado de lo que esperaba, ya que con la goma de miga de pan es relativamente sencillo sacar los blancos que nos ayudan a dar volumen a esta zona y a hacer el efecto de las vendas superpuestas. Es importante no prestar atención a lo que dibujamos para lograr el máximo parecido posible con la imagen de referencia. Y claro, pensaréis que esto es terriblemente contradictorio, pero no es así. Y ello debido a que de esta manera no dejamos interferir a la parte izquierda del cerebro, aquella parte matemática, lingüística, lógica que normalmente gobierna nuestra vida. Esa parte nos en este caso nos diría algo así como: "¡Eh! ¡Eh! ¡Qué eso es un vendaje! Tienes que hacer líneas que marquen el trazado de las vendas, porque las vendas tienen una forma x y normalmente se ven así y asá". Lo cual parece perfectamente lógico, pero nos daría como resultado un dibujo poco ajustado a la fotografía. Hay que dejar trabajar a la parte derecha del cerebro, que nos dice: "Amigo, ahí no hay ninguna línea, hay un punto de sombra y una parte más blanca. De hecho, ni te molestes en hacer nada en la parte izquierda de esa pata: es completamente blanca". Y así guiados, continué trabajando ya en una última fase las zonas más oscuras, terminando de perfilar la cabeza del animal, oscureciendo algunas zonas del fondo, y trabajando los objetos que se sitúan en la parte inferior del cuadro. Mención aparte merece la cola, con la que me estuve peleando hasta obtener la textura que yo deseaba y no la textura de un cepillo con púas de metal, como estaba quedando. Para ello, lo fundamental fue fijarse en los tonos reales de la cola (la punta de la misma no es blanca como el vendaje, sino de un gris muy sutil) y hacer un sabio uso de la goma de miga de pan para dar la idea del pelo en esta parte:


Un par de apuntes sobre el dibujo: no es necesario hacer todo el pelaje del perro, porque con hacer algunos trazos más visibles en ciertas zonas, la vista ya entiende que toda la superficie es de una textura parecida. Esto es de gran ayuda a la hora de sintetizar y no caer en la desesperación intentando hacer cada pelo del cuerpo del can. Otra cosa: no acabo de quedar contento con el "halo" de claridad que queda alrededor del animal, porque le da un aspecto ligeramente irreal. Sin embargo, he de admitir que en la fotografía usada como modelo se aprecia este mismo efecto, así que no le doy más importancia, aunque lo tendré en cuenta para futuros dibujos.
Y con esto damos por finalizado este dibujo, y a poder ser empezamos hoy mismo otro, si las circunstancias son favorables y para evitar ulteriores retrasos.

¡Hasta luego!


No hay comentarios:

Publicar un comentario