Ayer, como últimamente todos los miércoles, era la tarde que tengo más despejada para poder dibujar con la calma. Era el momento de dar matarile al dibujo de la semana 3/2015. Se trataba de trabajar con cuidado todas las zonas a la vez para generar la coherencia necesaria en el dibujo. Ello implicaba oscurecer ciertas zonas para darles mayor profundidad (la base del cuello, el lateral de la cara, determinadas zonas de brazos y piernas) y aclarar otras para darles un valor de blanco absoluto (en la cara, hombro de la derecha, brazo de la izquierda y zonas iluminadas de ambas piernas). Lógicamente, entre medias de estos dos límites era cuestión de ajustar y equilibrar toda la gama de grises. Dicho y hecho:
Éste sería el aspecto final de la obra. Me he permitido la licencia de oscurecer un poco más de lo debido el fondo, porque de esa manera resalta más la figura. A veces es preciso tomarse una pequeña libertad más allá de la fotografía de referencia, para destacar ciertos aspectos de la figura principal. Y con esto y un bizcocho, doy por finalizado el dibujo, sobre el que se podía seguir trabajando, pero prefiero dejarlo aquí, porque me estuve enganchando con detalles como la oreja y preferí no tocarlo más para no liarla mucho. Próximo dibujo: ¡animal!
¡Hasta entonces!
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