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viernes, 16 de enero de 2015

Dibujo 2/2015

Está siendo una semana productiva tras el destrozo de las Navidades y ello se ve en que ayer me puse a dibujar nuevamente. En este caso se trata del segundo dibujo semanal del año. Toca retrato femenino, y llevaba unos días rondándome la cabeza coger un libro que tengo de Sebastiao Salgado. Se llama Terra y es un recorrido fotográfico por áreas rurales de Brasil, entreverado con el movimiento de los Sem Terra, campesinos sin tierra que van buscando latifundios abandonados o no, e intentan hacerse con ellos. Sus objetivos son realmente sencillos pero por eso mismo, bastante potentes: cultivar la tierra, criar a sus familias y construir una escuela para las nuevas generaciones. Tierra y educación básicamente (o cultura, para jugar con la etimología de la palabra que tiene que ver con cultivar).
Las fotos del libro son realmente fascinantes y es que el autor tiene mucha mano para captar imágenes preñadas de sentido. Entre todas ellas, elegí una de una campesina de edad avanzada:


La página completa del libro es bastante gráfica, por cuanto una segunda fotografía de la misma mujer viene a ilustrar lo que el propio Salgado comenta respecto a esta fotografía:


De contenido va sobrada la imagen, así que era cuestión de ponernos al tema. Formalmente, comenzamos con el sempiterno encaje, base de todo. En esta ocasión hice un pequeño experimento: por no ponerme a escanear la imagen y luego adaptarla al formato del papel de dibujo, etc. abrí el libro y lo encajé directamente. En estos casos es preciso ajustar mucho las líneas, verificar correctamente los espacios vacíos, medir lo mejor posible las distancias entre los diferentes trazos y partes del dibujo. Para la ocasión he ido haciendo un registro del proceso:

1 - Primeras líneas de acercamiento. Aquí es necesario apoyarse en los límites del papel para medir las distancias, pero asimismo hay que fijarse en las formas geométricas que hay dentro del dibujo y que se ajusten a la fotografía de referencia:


2 - Aquí ya cerramos los límites exteriores de la figura y comprobamos que la distancia entre las líneas que componen el cuello de la ropa estén a la distancia correcta entre sí y con respecto a la imagen de Salgado. También dejamos marcados los espacios en que se divide el pañuelo de la cabeza


3 - Vamos definiendo los bordes del rostro y con líneas casi imperceptibles marcamos la relación de los elementos de la cara: la horizontal de los ojos y de las orejas y la vertical en la que se situará la nariz. Midiendo la distancia de la punta de la nariz a la boca tenemos el apoyo para trazar ésta última. La ceja de la derecha queda sucintamente señalada para cuando tengamos que encajar el ojo:


4 - Y como gran final, situar los ojos, las bolsas de debajo de los mismos (que ayudan a seguir ajustando relaciones entre las partes de la cara) y dejar bien planteada la nariz. De hecho y gracias a las arrugas que surcan los lados de la cara, desde las aletas de la nariz hasta las comisuras de los labios pude ver que había un pequeño error de encaje (la línea de las mencionadas bolsas estaban muy separadas de las aletas de la nariz) y corregirlo. Esto es dibujar: mirar, hacer, corregir y vuelta a empezar:

5 - Y ya sin mucho más empezamos a cubrir el papel:

Esto es lo que me gusta del carboncillo: si Uno tiene una superficie amplia que cubrir, es cuestión de segundos, se coge la barra de carbón por el lateral y ¡veeeenga a manchar!

6 - Aquí seguimos cubriendo el fondo del dibujo y también me ocupé del pañuelo sobre la cabeza, ya que serán las zonas más oscuras del dibujo. Una vez tenga estas referencias, me será más facil definir las sombras que se han de usar en la cara y asimismo sólo usaré un negro profundo allí donde sea estrictamente necesario, ya que si no, estamos dando al ojo la informacíon de que aquello que es negro se sitúa en el mismo plano que el fondo, y no queremos que esto pase más que donde es preciso:

7 - Para comenzar con las diferentes sombras de la cara y la blusa o camisa decidí no ser muy impetuoso para no repetir los errores de la semana pasada, cuando todo quedó demasiado agrisado. Así que despacito y con buena letra fui haciendo manchas de un gris muy clarito, sobre el que luego pueda construir más matices:

8 - Con cuidado he ido aplicando más tonos leves de gris en toda la cara y he empezado a situar algunas arrugas que resultarán útiles para orientar correctamente las sombras. Al estar trabajando el carboncillo, no me preocupa demasiado que ciertas zonas queden cubiertas de un tono más oscuro porque puedo sacar luces con la goma de miga de pan a posteriori, como será el caso de zonas profundamente arrugadas. También me he dedicado en este punto al pañuelo y he corregido levemente la oreja de la derecha, que era demasiado grande:
9 - Y ya para terminar la sesión he continuado en la línea del paso anterior: oscurecer la oreja de la izquierda + el cuello, también bajar algún tono al pañuelo e ir machacando la cara, añadiendo nuevas arrugas y empezando a repartir correctamente los tonos. También había que darle una pasadita a la blusa o camisa y así se hizo:
Y hasta aquí puedo leer... Fueron un par de horas sin duda muy bien aprovechadas a las que procuraré sacar partido entre hoy y mañana para (quizá) terminar este dibujo. ¡Vamos a ello!

¡Hasta luego!

1 comentario:

  1. Una pasada, super bonito.Vaya eleccion mas buena, no puedo decir lo que siento porque te pareceria excesivo y entonces prefiero ahorrarme algunos calificativos.Un beso enorme.Chelo

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