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lunes, 9 de mayo de 2016

Y acabamos con el dibujo de la semana 13




A veces es difícil mantener lo que Uno mismo se ha propuesto. El sábado, tenía un buen margen para dedicarme con calma a este dibujo. pero claro, eso implicaba madrugar, y ha sido una semana bastante cansad en lo laboral, con lo cual preferí reponerme. Entre zangas y mangas, cuando Uno se quiere dar cuenta, ya es la hora de ir al Urban Sketching, que podéis ver en el post anterior. Al final, a poco que te líes, acabas llegando medio tarde a casa, todavía hay que comer, montar todo el chiringuito para dibujar y luego ponerte efectivamente a ello. En ese momento te das cuenta de que son las 16:30 h. Si a esto le sumamos que había quedado con mi mujer en ir a casa de una amiga a por unas cosas a las 18:00 h, me quedaba algo así como una hora para hacer avanzar el dibujo. Era poco realista y yo lo sabía, pero aún así preferí lanzarme e hice esto:


Que, reconozcámoslo, ya es un buen avance. Básicamente estuve en todo menos en el cielo  estoy especialmente satisfecho del resultado en el agua de las terrazas, la iluminación de los más lejanos, la sombra arrojada por las propias terrazas,... Total, que la cosa iba bien, pero cuando volvimos a casa, no me apetecía seguir con el dibujo y lo pospuse hasta el domingo. Es un poco hacer trampa, porque mi intención es resolver cada dibujo en 2 días y esa limitación hace agudizar el ingenio para progresar en el cuadro. Pero señores, una cosa es teorizar, y otra muy diferente es que la realidad respete esas teorías. Así que el domingo por la tarde, ya con más calma, pude terminarlo:



El dibujo tiene variso puntos disimilares con la fotografía de referencia, al menos según se aprecia en la pantalla. La fotografía es algo más oscura en general, sobre todo en la parte del cielo y de las montañas del fondo. Me fue difícil conseguir un buen grado de oscuridad en las primeraes colinas que quedan a la izquierda justo detrás de las terrazas. De hecho, esto me ha llevado a ir a Barna-Art e investigar un poco sobre los tonos de pastel más oscuros que podría utilizar, sin llegar al negro (azul de Prusia más oscuro que el que tengo, un gris verdoso oscuro, etc.). y luego ha sido una pena lo del cielo. Tenía muchísima potencia en una primera fase, y yo al intentar hacer "bien" las nubes (es decir, según yo las veía en la imagen) he empezado a guarrear los colores. Claro, estaba utilizando un naranja, un ocre amarillo claro y algún amarillo combinados con un par de azules. Si tenemos en mente la rueda cromática, veremos que el naranja y el azul son complementarios, es decir, que si se juntan, se desaturan dando normalmente lugar a un gris. Y como me estaba pasando esto, preferí dejarlo en cierto punto y hacer unos trazos potentes con el naranja para resaltar la iluminación de esta zona y dejarlo estar. Casualmente y como a veces pasa, la zona de las plantas de arroz no fue tan laboriosa como esperaba. Tras prestar más atención al detalle en los primeros planos, todo se reducía a líneas o puntitos en las zonas más alejadas, engañando un poco al ojo y sólo dándole a entender, ¡que si no se puede eternizar Uno haciendo arrozales! Así lo dejé, la verdad es que es un buen reencuentro con el paisaje, que es un tipo de dibujo que a veces me cuesta por no empatizar con lo que quiero representar, aunque también es justo advertir que es una manera de presentar mensajes y situaciones anímicas mucho más efectiva que medis más directos, como un retrato. En fin, vamos a continuar con esta cuarta serie del 2016.

¡Hasta otra!

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