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lunes, 16 de mayo de 2016

Apuntes de aeropuerto en el móvil

Ayer estuve a recoger a mi mujer al aeropuerto, que se había ido a pasar unos días a Portugal para ver a su familia. Claro, el aeropuerto, el sitio ideal para dibujar, pensé. Pero no me apetecía ir cargado con libreta o rotuladores y además ella venía súper cargada, no era cuestión de añadir más cosas al jaleo de cosas que ya traía. Así que empecé a dar forma a algo en mi cabecita pensante, ¡que a veces me es útil y todo! Y lo que se le ocurrió al chache es que tenía un móvil en el cual podía tomar notas con diferentes trazos y colores. Pues nada, un móvil, un dedo y a por ello:


Este fue el primero y quizá el más fresco de todos. Leí en algún sitio alguna vez que es para nosotros los adultos incomprensible lo que debe sentir un niño cuando coge un lápiz por primera vez y ve que puede dejar un trazo sobre el papel. Bueno, pues yo sentía algo parecido :D. Era genial ver cómo se deslizaban las líneas al paso de mi dedo, sin mucha precisión, pero con un aire de expresividad muy potente. Claro, tenía que seguir experimentando:

Esto fue más bien un intento fallido de hacer una familia numerosa de hindúes que esperaban sentados con los carros de aeropuerto al lado y bien cargados. La pantalla del móvil era definitivamente muy pequeña para mis grandes dedos, así que lo dejé ahí para pasar al siguiente experimento:


Este sin base real ninguna, pero siguiendo un orden a la hora de ejecutarlo. La aplicación en cuestión tiene tres tipos de trazo: lápiz, más suave y que se degrada según la velocidad con la que se pasa el dedo; bolígrafo, trazo fino de intensidad constante; y marker, trazo ancho que se oscurece con las superposiciones. Pues yo mezclé todos estos trazos de manera desordenada y febril para hacer una figura de medio cuerpo. Más que la perfección formal, buscaba una suerte de expresividad bestia en los trazos y me gustó a lo que llegué Y para rematar:


Un par de niños jugando, por hacer algo con más movimiento. Igualmente desorganizado, era más un experimento para ver hasta dónde podría llegar si otro día me apetece volver a utilizar el móvil para esto. De hecho en ese momento hice un nexo mental con un bolígrafo que me regalaron al participar en el concurso de dibujo en libreta de la Fnac. Era un boli BIC de toda la vida pero tenía algo extraño en el culo: una especie de goma, pero no parecía para borrar, era muy endeble. Así fue como me acordé de haber visto a alguien utilizar algo semejante sobre el movil. Al llegar a casa lo probé y en efecto funciona, con lo cual se limita bastante la imprecisión del trazo sobre la pantalla en comparación con la utilización del dedo. Muahhahahah, papi tiene un nuevo objeto de diversióoooon.

¡Hasta otra!


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