Tarde o temprano tenía que llegar este momento, y bastante lo he demorado ya. Como todos sabéis, el arte ya se cuenta entre el resto de las mercancías que uno puede consumir, como una lata de tomate frito o un automóvil y como tal, tiene su valor y su precio, magnitudes que siempre andan danzando la una en torno a la otra sin coincidir, por ser una cualitativa y la otra cuantitativa y, por tanto, no conmensurables.
Todo esto para decir que he estado maqueando mis dibujos a lápiz del año pasado para en las próximas semanas llevarlos de paseo para ver si a alguien le interesan tanto como para venderlos. Quiero decir que los he estado firmando, les he puesto mi sello autofabricado y para no quedarme atrás en la era de las nuevas tecnologías, les voy a añadir un código QR a cada uno para que el feliz comprador pueda ir directamente a la página del blog en la que dio comienzo el dibujo en cuestión, y así poder ir viendo el desarrollo del mismo. Mejor poner fotos para hacerse una idea más clara de a lo que me refiero:
Sobre estas líneas el sello que "carvé" con mis propias manos junto con la tinta que se utiliza para el papel y debajo cómo queda este sello en el dorso de uno de los dibujos:
Y a continuación una pequeña muestra de los dibujos y cómo quedarían firmados y autentificados además de la hoja adhesiva que me he currado con los códigos QR:
que se pueden apreciar algo mejor aquí, aparte del resto de elementos:
Así que la cosa queda vista para sentencia y cerramos un círculo (que ya iba siendo horita ;)) para poner a prueba si todo el trabajo del año pasado tiene un precio, porque el valor que puedan poseer esos dibujos ya se destila de todo el cariño con el que he ido plasmando el avance de los mismos en este blog.
¡Hasta siempre, queridos dibujos semanales!
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