La pluma Sailor es una pasada. Se trata de una pluma de factura japonesa por la que le había preguntado yo a Antonio en Urban Sketching. Cuando la vi por primera vez, pensé que Antonio se la había cargado por apretar mucho dibujando, pero en realidad el plumín está doblado. Visto esto, le pedí una a mi mujer de regalo, pero el modelo más económico, ¡que algunas de estas plumas se van hasta los 150 EUR y más! Total, que la probé haciendo un poco el mono en casa pero no me convenció demasiado, la vi un poco tosca y no entendía cómo iba a poder sacarle partido y si realmente había sido una buena elección.
Sin embargo, y tras una breve escaramuza el último sábado de Urban Sketching de este trimestre, en la que utilicé la pluma para hacer un retrato relámpago y megustó el efecto, de pronto le cogí el punto. Básicamente es como trabajar con la caña, con menos matices, claro, pero tenemos una variedad sorprendente de trazos anchos, finos, manchas de tinta, etc, muy expresivo. Así que hoy me había traído una libreta y la pluma de marras para hacer algún tipo de dibujo. Me senté en un mini parque que hay muy alejado del curro a ver qué podía dibujar. El problema es que me siento en ese parque un montón de veces y ya he dibujado varias cosas que se pueden ver desde allí, así que no encontraba nada especialmente llamativo. Me acordé en ese momento de una frase que aparece en un blog que sigo Crónica de un autodidcata del dibujo: "y si no sabes qué dibujar, dibuja lo que tienes delante". Así que me fijé en lo que tenía delante, a saber: mi mano sosteniendo la pluma. Y empecé a dibujar. Y fue guay.
En un primer momento pensé en dibujar la mano con la pluma que dibujasen otra mano con otra pluma y así sucesivamente, pero dado que el tamaño de lo dibujado era casi natural, no daba muy bien para hacer este experimento. Así que recordé una frase muy guapa de Lucrecio que había leído no sé ahora mismo dónde y la anoté para crear el efecto de que era aquella mano la que lo había hecho:
Y dice así: "Como tú, antes otros han caído y caerán". Me encantó la versatilidad de la plumita para sombrear, definir planos e incluso a la hora de escribir las letras y quedé definitivamente enamorado de aquel artilugio tan curioso. Auguro muuuchos dibujos con ella, por no decir una libreta entera, que ya antes había pensado en hacerlo con la caña, pero quizá sea más práctico hacerlo con este maravilloso útil de escritura.
¡Hasta la próxima!
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