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domingo, 24 de abril de 2016

Técnicas de dibujo - Peter Jenny


Hoy he venido a hablar de mi libro, que diría Paco Umbral. No, realmente no, pero me apetecía hacer una reseña de este magnífico librito de ejercicios. Normalmente cuando Uno ve un libro con el título 'Técnicas de dibujo' se echa a temblar. Con todo mi respeto, porque es un currazo hacer un libro, maquetarlo, diseñarlo, juntar información, hacerlo didáctico, etc. pero al final sólo suelen expresar algo así como "lo que le funciona" al autor. Y esto está genial... para el autor. Pero algo que llevo rumiando bastante tiempo gracias a las clases de Urban Sketching con Antonio, es que al final este tipo de enfoque lleva a crear una legión de gente que dibuja igual, porque han entendido que eso es dibujar. Y lo que voy viendo es que dibujar es una actividad semejante a resolver problemas, y al no tratarse de una ciencia exacta, los enfoques pueden variar enormemente. Por eso me parece reduccionista titular 'Técnicas de dibujo' a un libro sobre cómo-se-han-llevado-a-cabo ciertos dibujos por parte del autor.
Y eso pensé cuando me topé con este librito en Sant Jordi de este año, y al echarle una ojeada le pedí a mi mujer que me lo regalara. Cumplía dos requisitos básicos para Uno: era barato e iba al núcleo de la cuestión. Lo primero que me sorprendió fue que era un libro de bolsillo (primera buena señal), tapa blanda, hojas de calidad media tirando a baja. Y cuando lo empecé a hojear vi que se trataba de ejercicios, no tanto de experiencias del autor. Y los ejercicios no apuntaban a dibujar un caballo o una casa perfectamente, sino a lo que realmente es la técnica del dibujo: hacerse consciente de cómo se iterrelacionan los diferentes tipos de línea, diferenciarlas según trazo, presión, forma, etc.
A veces adolezco de una mimesis de la línea lo podríamos llamar: tengo tendencia a repetir tipos de líneas que me funcionan bien en una parte del dibujo. Pero esto, ya lo sé, no funciona y es por eso que el tipo de ejercicios que propone Peter Jenny me van muy bien para generar más consciencia sobre la manera de dibujar. Los ejercicios son variados: desde coger objetos con los ojos cerrados y trasladarlos al papel (también con los ojos cerrados) hasta dibujar siluetas o calcar sobre un papel todo lo que se pueda hasta no reconocer las partes que componen el todo. Son 22 tareas que coniciden sospechosamente con los 22 días laborables de un mes y en los que la explicación es casi un enigma para la resolución del cual sólo se dan dos datos: el tiempo que se ha de dedicar (de 20 min. a 40 min. de media) y el tamaño de la hoja (por lo que he visto, oscilan entre A6 y A2). Éste me parece a mi el gran acierto del librito de marras: no ofrecer respuestas masticadas, sino obligar a cada cual a ponerse a la faena y mediante la propia práctica ir desarrollando una verdadera técnica de dibujo, que además será propia por no ofrecer una solución unívoca el autor.
Quizá me haya convencido tanto porque la aproximación es muy filosófica. Es más una praxis inquisidora que un manual de respuestas para todos los casos. Es más un enseñar a pensar con el dibujo que enseñar cómo actuar ante cada problema que presenta. Se trata de actuar en el 'qué' (¿qué es dibujar?) y no en el 'cómo' (¿cómo puedo dibujar esto?). La pregunta por la condición de posibilidad, por el 'qué', va a hacer que el 'cómo' lo decida yo sin la tiranía del modelo. Y mucho más se podrías discurrir acerca del tema, pero creo que eso lo dejaré a los expertos y yo me pondré al lío, que para eso es este librito.

¡Hasta otra!

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