Entre las opciones que tenía esta semana para el desnudo femenino del dibujo semanal, elegí esta:
La verdad es que ahora no recuerdo de dónde la enganché y en principio no destaca por su colorido, pero de alguna manera me gustó bastante y pensé que el trabajo en claroscuro podía ser interesante. Para acometer este nuevo dibujo semanal, me decidí por un papel de tono verde, y sin mayores contemplaciones me puse al lío:
Establecí algunas mediciones básicas, como la mitad longitudinal y transversal del papel, la distancia aproximada del pie al borde del papel, la línea horizontal que sitúa la cadera y el hombro al nivel o la que relaciona las dos rodillas. Con esto tenía una idea preliminar bastante aproximada de cómo desarrollar el dibujo, pero primero hay que finalizar el encaje y cerciorarse de que todo está correctamente:
Y estaba todo bastante en su sitio, únicamente la rodilla que llega al pecho tenía que ir un par de milímetros más arriba de lo que había hecho en un principio. Se nota en general que tengo más práctica en el dibujo del cuerpo humano, porque lo he trillado mucho y me interesa. Debido a ello, es fácil resolver un encaje con relativa rapidez y eficiencia (que es un concepto que suena muy capitalista, pero es que también hay una cierta economía de medios en el dibujo ;)). Y una vez hechos todos los ajustes pertinentes, es el momento de empezar la juerga de la mancha:
Un trabajo sobre el fondo, diferenciando a grandes rasgos la parte del fondo y la estructura rectangular sobre la que está tumbada la muchacha. Se aprecian las pautas generadas en esta última, debidas a los trazos de pastel que luego se han ido difuminando. Luego:
Aquí introduje una pequeña estrategia de dibujo aprendida del último retrato: separé las zonas claras y oscuras y en la zona clara introduje directamente un blanco, que me hiciese de máxima luz y que en caso de necesidad pudiese luego retocar, y no al revés, como en el último dibujo. Hice una parte en tonos medios y oscuros y cuando quise "iluminarla" no pude porque el blanco se mezclaba. Debido a que el tono general del dibujo era más tirando a verdoso y azul prusia, fueron los tonos con los que fui llenando el papel.
Pero por supuesto no son (ni serán) los únicos, de manera que también entraron en escenca los naranjas, marrones, azul claro y algún rojo por ahí, que me gusta a mi el rojo. También procuré conservar la luz en el soporte para que hubiese una coherencia de la iluminación. Por lo que respecta a la cara, que parece que Uno siempre se centra más en ella, la intenté resolver en unas pocas manchas no muy complejas para luego trabajar en ello más a fondo en una fase posterior. Hice bastante hincapié en los terminadores, aquellas zonas donde se pasa de la luz a la sombra y que suelen presentar el aspecto de una línea irregular más oscura. La cosa apunta maneras...
¡Hasta otra!
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