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jueves, 28 de abril de 2016

Cerramos una nueva serie. Dibujo de la semana 12

Y nos plantamos en el dibujo de animal, cuarto de la tercera serie. o lo que es lo mismo, el correspondiente a la semana 12. Y he elegido el siguiente:




De nuevo se trata de una imagen proveniente del libro 'Cazadores de luz' que presenta a algunos reconocidos profesionales de la fotografía de nuestro país. En este caso se trata otra vez de Orlando Miranda, haciendo una preciosa foto a un cormorán en unas aguas que reflejan una variedad de tonos de rojo (por el casco de un barco según el pie de foto). Me gustó la experiencia de dibujar directamente de foto, no tener que andar pendiente de la pantalla del ordenador, que además hace variar los colores. Así que tras preparar la parte que iba a ser dibujada en formato proporcional al papel, empecé un encaje -cómo no- en rojo:


Fue algo complicado, porque al haber fundamentalmente líneas curvas y que la figura principal no tocaba el borde del papel ni de cerca, tuve que inventarme algunas referencias, con lo cual el encaje no es fiel al 100%. Por la cantidad de curvas y líneas irregulares que ofrecía, decidí tomármelo más como un ejercicio de dibujo gestual y no ir al detalle. Las líneas verticales que se ven son aproximaciones entre zonas de las líneas curvas, en un intento de organizarlas para poder después afrontar la fase de color. Un primer paso en este sentido:



Capítulo dedicado a las zonas oscuras. ya había aprendido de dibujos anteriores que hay que reservar las partes que irán en colores muy claros o en blanco y que no sean invadidas por otros colores, sobre todo si son muy dominantes.



Y empezamos con el baño de color rojo. Era un dibujo que se prestaba muy bien al trabajo en gama naranja-roja y aproveché para comprar un par de pasteles más que me ayudasen en esta faena: naranja permanente y laca garanza. El problema es que cometí un error de base, y en vez de hacer una buena capa general para todo el papel y trabajar todo a la vez, me dediqué a ir área por área y esto ralentizó mucho mi ritmo, con las consecuentes prisas, con los consecuentes desastres asociados a ellas. Y el final de la sesión fue tal que así:



No está mal, pero el sector superior izquierdo se resintió de las mencionadas prisas. Además era una zona que me costaba captar de la fotografía. Y todo esto por pensar. Sí, sí, por pensar. En vez de utilizar el ojo y situar concienzudamente las manchas en sus respectivos lugares, me dediqué a pensar que aquello no tenía el aspecto de ondas sobre el agua, sino cualquier otra cosa. Y en el empeño de hacer que pareciesen ondas (¡en vez de guiar la mano y el ojo sin pensar!) esta parte quedó muy amorfa y sin demasiado sentido. De momento se salva por el conjunto general del dibujo, pero veremos si en la próxima sesión logro sacarlo a luz.

¡Hasta la próxima!

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