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domingo, 20 de diciembre de 2015

Viñedos de colores

¡Y qué mejor que hacer un martes por la tarde que ir al Espai d'art a hacer locuras con mis viñedos psicodélicos! Tras el parón por el festivo del 8 de Diciembre, tenía yo ganas de coger el lienzo y darle un buen empujón. Al final no fue tanto como a mi me habría gustado, pero la coas avanzó ;).
Empecé por ocuparme de la parte derecha del cuadro. Le faltaba materia por todos lados, aunque habíamos empezado muy bien y con una idea de base bastante potente:


De lo que se trataba, según yo lo vi, era de acentuar el claroscuro con colores variados, así que hice intervenir azules y verdes claros a este efecto, además de dar forma a ciertas ramas principales y secundarias (no podía ponerme a hacer todas las ramas en un primer encaje). Cuando estaba llegando hacia la mitad del cuadro siguiendo una rama ¡mierda! Me di cuenta de que había una pequeña rama saliente del tronco que no estaba bien situada:


Así que hice la nueva estructura por donde tenía que ir y en una fase siguiente eliminé este pequeño equivoco:


Realmente no se habría notado, pero prefería en este caso corregirlo, porque el espacio entre las ramas es muy limitado y puede afectar a la visualización de las diferentes ramas y su situación unas respecto de las otras. En esta segunda hora fui recuperando pequeñas ramitas de la parte superior que habían quedado olvidadas y también me encargué un poco del batiburrillo de la parte inferior central, donde aparecen troncos y viñas de una forma desordenada y le toca al chache ordenarlas de alguna manera ;).
Un buen trabajo pero Esteve el grande me apuntó que se notaba cómo utilicé el mismo pincel todo el rato. Tengo la tendencia a trabajar como en Photoshop o en acuarela: por capas. Empiezo por una capa de trazos grandes para cubrir el lienzo; sigo con el siguiente pincel de mayor grosor para empezar a situar la pintura; paso al pincel mediano para comenzar con algunos detalles y luego voy bajando el tamaño del pincel para los detalles más finos. Y lo que me dijo el jefe, es que tenía que tener 20 pinceles en la mano y utilizarlos según las necesidades. Por ejemplo, hay zonas que con un gran brochazo se podrían solucionar, y no hay que estar mareando la perdiz con un sólo pincel dando mil toques y retoques. Confieso que es una cosa que me cuesta, pero de eso se trata, de ir trabajando aspectos de la pintura y de la técnica. Me dijo además que a partir del próximo trimestre si a mi me parecía bien, podíamos intentar trabajar los cuadros en gamas de colores. Le dije que me parecía genial, ya que creo que tengo algunas carencias en el color que necesito trabajar, así que parece que de momento este será el último cuadro hipercolórico (¡no confundir con hipercalorico! ;)) que haré, experiencia que me está gustando un montón. Y ahí dejamos la cosa hasta el próximo martes. Me falta recuperar una clase así que lo óptimo para mí sería hacer 4 horas el próximo día, pero ya veremos, que nos vamos de vacaciones en breve ¡y no sé si habrá tiempo para todo!

¡Hasta la próxima!

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