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domingo, 27 de diciembre de 2015

La paliza del último día del trimestre en el Espai d'art

Esta semana ha sido demencial: los últimos días de curro antes de las vacaciones de Navidad, con el stress que ello supone, clase de conducir el lunes, hacer maletas, ultimar compras de estas fiestas ¡uff! Y para añadir un poco de interés al asunto, el martes en el Espai d'art quería recuperar una clase a la que había faltado, con lo que me tocaba hacer una clase de ¡4 horas! Mucho tiempo hace desde que iba al Centro Cívico Julián Besteiro en Leganés, donde tenía clases de 4 horas un día a la semana. Pero en esas 4 horas no estábamos pintando todo el rato, sino que había mucho de charleta y de ver qué hacían los compañeros. Así que decidí tomármelo un poco de esta manera.
Para cuadrarlo todo, salí una hora antes del curro, porque tenía tiempo acumulado y conseguí llegar sobre las 17:45 al Espai, repartí mis bártulos por la mesa y me lié con el cuadro de las viñas, que quería dejar acabado ese día para terminar con el trimestre. Y antes de comenzar intenté tener en cuenta toooodo lo que vengo desarrollando en el taller con Esteve: la pureza de los colores (que no se ensucien), el claroscuro, la potencia de los colores con cadmio, la teoría de la orquesta ("un cuadro es una orquesta en la que cada instrumento tiene que sonar al volumen y con el ritmo correcto"), y últimamente, tener varios pinceles a la vez en la mano, para que las pinceladas no resulten muy uniformes y repetitivas. Y así empecé:


Le di mucha tralla a las viñas manejando varios pinceles a la vez y destacando especialmente las zonas más iluminadas con blancos a la par que oscureciendo las zonas de máxima sombra. También estuve perfilando mejor los troncos del centro del cuadro, cuyas formas no se apreciaban correctamente. Pero a la vez no quería hacer todos los detalles de que constaban para no robar protagonismo a las viñas de primer plano.
Y luego la cagué un poco ;). Quería darle algo más de riqueza plástica al suelo e introduje unos rojos, amarillos, magentas,... y verdes. Y la cosa rechinaba un poco. Esteve me había dicho que faltaba mucha materia en esta zona y yo quise ponerle, pero lo hice de una manera un poco a tontas y a locas. De todos modos, luego podría trabajar sobre ello, y por lo menos no quedaría tan "de primera o segunda mano" como me dijo el jefe. Es cierto que respecto al curro de las viñas, tanto el suelo como el cielo quedaban algo deslucidos y eran los puntos a destacar. 
El cielo fue otro pequeño reto. El profe decía que había quedado muy plano y yo quería conservar la potencia del azul. Así que me sugirió el uso de veladuras. Se trata de utilizar colores en una disolución muy líquida para dar un velo de otro color sobre el que tenemos sin cambiarlo o sin mezclarlo. Me dijo que podía hacer todo tipo de veladuras sobre el azul del cielo, ¡incluso amarillo o naranja si quería! Y eso es lo que intenté:


En esta foto no se aprecia porque ya había dado los retoques necesarios pero se me fue un poco la mano por falta de técnica. Lo que ocurrió fue lo siguiente: empecé a hacer veladuras con un pincel mediano y los trazos se notaban un montón en el cielo, con lo que no funcionaba. y no funcionaba porque esos trazos eran de un grosor muy semejante a los utilizados en las viñas, lo que provocaba que el cielo "se viniese para adelante" (como si estuviese en el mismo plano que las viñas). Esteve me propuso utilizar la paletina para generar un ancho de trazo mayor con lo cual el cielo no destacase tanto. Además metí algo de azul puro en esta parte para no perder toda la potencia que tenía antes de las veladuras. Y como se podrá observar, difuminé un poco el desastre del suelo, en previsión de volverlo a trabajar un poco más adelante. Y en las viñas no hice gran cosa, excepto dotar de mayor inteligibilidad a la maraña central de manchas, es decir, hacer que se entendiesen un poco mejor. Y rematamos la faena de la siguiente forma:


Tuve que ir en mitad de la clase a una tienda de bellas artes en Gràcia a por un tubo de naranja cadmio, porque me había quedado sin él y necesitaba bastante para el suelo. Así de paso, despejé un poco la cabeza, que iba estando saturado y tanto color, parece que no, pero me estaba dejando medio tonto XD.
Apliqué el naranja sin compasión directamente sobre la paletina para luego extenderlo directamente sobre el lienzo. Con esto y un par de toques finales (había un tronco a la derecha que había pintado de azul y que no me convencía, así que lo oscurecí) pude dar por concluido este cuadro con el beneplácito de monsieur Esteve, que me confirmó que ahora sí funcionaba mejor el cuadro. Un buen trabajo, muy interesante para experimentar y a nivel expresivo con el que seguimos progresando en la senda del óleo. A partir del próximo trimestre he pactado con el profe trabajar cuadros en gamas de colores, para ir controlando ciertos aspectos del color que a mi entender se me escapan. O sea, que este será de momento el último cuadro con este nivel de color ;). Así nos despedimos del Espai d'art por este trimestre y en Enero volvemos a la carga.

¡Feliz Navidad a todos los compis del Espai d'art!

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