Y tal y como suponía, fue cuestión de dedicarle un par de horas más a este dibujo para darlo por acabado. Sin embargo el proceso fue interesante y fui incluyendo más mini experimentos a mi acervo con el carboncillo, difumino y goma de miga de pan. ¿Me acompañas?
Lo primero fue darle algo de vida al fondo con grandes trazos anchos de carboncillo que lo texturizasen a la vez que servían de contraste con la figura. Ésta también fue trabajada a conciencia: en este primer momento me encargué de todo exceptuando la cabeza. Se pueden apreciar los trazos paralelos con el fin de sombrear con más alegría, sin caer en el difuminado clásico, que últimamente me resulta sosete:
Pero a su vez me pareció que utilizar tanto este tipo de trama para las sombras lo hacía todo muy repetitivo, así que trabajé un poco más la pierna y el brazo con trazos más anchos e irregulares. La guía de lo que quería hacer me la marcó el pie con sus sombras muy contundentes pero que construían perfectamente el volumen sin necesidad de líneas claras, de manera muy escultórica. Se observa cómo he intentado trasladar esto a la pierna y en menor proporción, al brazo de la parte superior del dibujo, por falta de superficie :). También me había fijado desde el principio como objetivo que las manos recuperasen protagonismo. El día anterior habían quedado como infradimensionadas, muy pequeñas en relación al resto del cuerpo. El domingo me di cuenta de que además, no estaban bien estructuradas. La mano se viene a componer de un primer volumen cuadrado (el que engloba la palma y el "cuerpo de la misma") y luego los volúmenes pseudo-cinlíndricos de los dedos. Pero el dedo pulgar sale de muy abajo, muy cerca de la muñeca, y esto no era asi en mi dibujo. De manera que lo corregí y le di unos cuantos trazos alegres y de bastante grosor. Por otra parte, saqué unas mínimas luces con la goma para mejorar la iluminación y que se entendiese mejor el dibujo. Debajo se aprecian todas estas observaciones:
No queda más que dirigirse a la zona de la cabeza, cara y cuello:
La verdad es que como la cara estaba de perfil y más o menos bien encajada, era difícil equivocarse. Además, las facciones estaban muy simplificadas con líneas rectas, lo que hace aún más difícil el error. El pelo me dio algo más de guerra, pero como siempre, combinando trazos de variada fuerza e intensidad del carboncillo con blancos a base de goma de miga de pan, se consigue dar la textura deseada. Unos cuantos trazos más en el fondo para dotarlo de más dinamismo y sólo quedaban los toques finales...:
...que consistían en algún trazo de grosor más en el fondo y luego sutilezas. Algunas astucias que utilicé para este dibujo: sacar una luz en la línea de la espalda para destacar el perfil del fondo. Utilizar la goma para hacer tramas exactamente igual que con el carboncillo pero con efecto inverso. no trazar todo el perfil de la pierna, puesto que en la imagen de referencia se confundía con la luz del torso y el muslo de la otra pierna,... y otras de las que no me acuerdo. Especialmente satisfecho estoy de la manera en como enderecé el tema de las manos, que ahora sí son unas de las protagonistas en este dibujo. Y nos encaminamos de esta manera hacia el dibujo 28 ¡vamos que nos vamos!
¡Hasta otra!
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