A continuación me lancé a por los elementos de la cara sin miedo, aparte de empezar a trabajar el fondo, lo que parecían ser unas telas o algo así, que eran sumamente fáciles de perfilar con unos cuantos trazos. Empecé a trabajar la nariz, una de las partes que mejor iban quedando del dibujo:
Luego era cuestión de trabajar en esta línea. Seguimos por el fondo, aunque sin terminarlo, y empezamos a marcar las zonas más oscuras del cabello de la niña. También dejé señalada la posición de las manchas de la camiseta, que todavía no había procedido a atacar:
Es curiosísimo cómo en esta última foto la zona de la cara parece aclararse respecto a la anterior. Y es, como ocurre a veces, por el tono que rodea a la protagonista, que ha pasado de ser el blanco del papel a ser de un tono medio oscuro. Esto automáticamente hace que el ojo valore la zona de la cara como más clara. Y ya para rematar el día:
Trabajo en la camiseta, retocar las facciones de la cara, profundizar en los oscuros que presenta el dibujo, etc. Estoy muy satisfecho con todos los rasgos de la cara, que aunque difieren de la foto original, sí que están muy conseguidos y en pocos gestos con el carboncillo. Especialmente me gusta la nariz. Aparte de una concienzuda observación de la misma, me acordé del Espai d'art y el último óleo del año, e intenté tener un trazo más fluido con el carboncillo, como uniendo estructuras con el gesto de la mano. En la nariz esto funcionó especialmente bien, y se puede apreciar el acabado bastante realista.
Estuve a un pelo de acabarlo el mismo domingo pero no pudo ser, ya que también hay que hacer vida social y me fui a dar una vuelta con un buen amigo. A ver si en estos días que me quedan antes del sábado consigo darle fin.
¡Hasta entonces!
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