Pincel recargable y ¡al ataque!

Lunes. No puede ser peor día. ¿O mejor? Un día que inaugura otra penosa semana al servicio del capital puede convertirse en algo entretenido gracias al pincel recargable y algunos amigüitos más: el rotulador de punta fina, los lápices acuarelables y un pincel.
Durante mi hora de descanso, y aprovechando que el tiempo todavía muestra cierta clemencia, he salido de pic-nic con mis bártulos dibujísticos y después de comer me he puesto con un pequño dibujo que ha quedado bastante chulo:

 Se trata de un olivo o acebuche que hay en un parque cercano. Me ha dado tiempo hasta a rematar el dibujo con unos detalles en el fondo. Las grandes manchas negras del pincel recargable están bien apuntadas por los trazos del rotulador de punta fina. El uso de los lápices acuarelables también ha dado muy buen resultado.
Total, que me he animado, y en unos 10 minutillos de pausa que me quedaban, me he puesto a estilo salvaje a hacer otro apunte muy rápido:

 Es una panorámica del Walden 7, un edificio que ya había dibujado con anterioridad. Esta vez quería hacerlo más tétrico en muy pocas manchas y creo que está conseguido. Todo ello porque me quería centrar en las nubes (hoy había un cielo espléndido), así que he hecho un poquillo el cafre con los lápices acuarelables y luego con el pincel he intentado darle textura... sin mucho éxito. El tema de los cielos voy a tener que machacarlo en el futuro, porque no consigo que tengan el aspecto que yo considero adecuado. A modo de disculpa indicaré que las circunstancias no eran las mejores para dibujar (las prisas, el viento que me levantaba la hoja...). En fin, más curro y menos excusas ;). A ver si el tiempo se va manteniendo así y tengo oportunidad de tomar muchos más apuntes.

¡Hasta otra!