Es verdad que el pelo está hecho de una manera bastante efectista, es decir, que las pinceladas están dadas de manera que sea de lo primero que llama la atención en el cuadro; pero el detalle de la ropa me gusta, por cuanto se trata de unas manchas amorfas que cobran sentido en el todo. También me gusta el tratamiento del collar y cómo la figura de la niña se destaca del fondo y del resto del cuadro gracias a la cantidad de materia empleada (¡gracias por insistir en este punto Esteve!).
Y como iba preparado con un 6F para la batalla, me puse al lío. Llevé otra imagen tomada en la Gate of India en Mumbai, foto en la cual, casualmente también salgo yo de refilón :):
Y a recomenzar el proceso once again: primero un encaje lo más sólido posible a carboncillo:
La verdad es que a veces apetece dejar las cosas así, a medio hacer. El encaje a carboncillo sobre lienzo tiene algo de mágico, por la propia textura del carbón unida a la trama de la tela. Aquí lo importante para mi ha sido por supuesto clavar la figura de la niña y prestar especial atención a las proporciones de la cara, ya que es un tema que venimos machacando desde hace un rato. Y posteriormente se trata de emplear capas de color bastante diluidas para 'llenar' la superficie del cuadro y asegurarnos de que no dejamos ningún hueco en blanco:
Pobrecita, vaya cara más fea le he hecho, pero no problem, es sólo la primera capa y se trata más de ir posicionando manchas de claroscuro y no tanto de que la cara sea igual que la de la retratada. En próximas clases (como mucho 3 más) debería de ocurrir como con el lienzo de más arriba y a base de observar y empastar, tendremos un cuadro bastante parecido a la fotografía de referencia. ¡Qué ganitas de que sea martes otra vezzzz!
¡Hasta la semana próxima!
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