Está haciendo una semana de perros en Barcelona, todos los días llueve y no apetece salir mucho de casa. El fin de semana no ha sido una excepción, total, que perfecto para ponerse a dibujar. Esta mañana he enganchado el dibujo de la semana 31 (¡ahora que vamos a empezar la semana 49!) y me he liado con él para dejarlo acabado. Como ya había comentado una de las características de las barras de grafito es que el trabajo es más rápido, porque se cubre mucha más supreficie de una sola pasada. Puestos a ello, he avanzado con el perfilado de las superficies y la valoración tonal de las mismas:
Iba bien por estos derroteros, pero me fijé en que el cielo nocturno de la fotografía original era mucho más oscuro, así como el murete de la derecha y ciertas partes de la acera. Cuestión de darle caña a estas partes et voilà:
Muuucho mejor. Ahora los juegos de luces aparcen más vibrantes y parece que las farolas realmente tengan luz propia. La cantidad de errores garrafales que hay en el dibujo es bastante elevada, tanto a nivel de encaje como de sombreado. No obstante, la imagen funciona y de hecho, mientras trabaje con las barras de grafito, iré progresivamente sintetizando y obviando detalles, ya que no se trata de lograr una reproducción perfecta, sino más bien una interpretación, y a veces esto se consigue mejor con una mancha que con mil líneas ajustadas a la imagen de referencia.
La mala noticia es que el otro día al ir a encender mi ordenador, dio muestras de estar bastante jodido y/o tener un virus en sus entrañas, con lo cual me estoy viendo obligado a hacer malabarismos para poder publicar cosas en el blog. Gracias a lo que sea, dispongo de un scanner, que me va a hacer las funciones de cámara fotográfica aunque un poco más incómodo. En fin, gages del oficio, supongo.
¡Hasta el próximo dibujo semanal!
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