Y luego, aprovechando un momento de descuido suyo, me he puesto a experimentar un poquillo con la parte trasera de los plastidecor y al final han salido unas nubes y una cesta de fruta psicodélica, o sea que nada mal:
Dibujar con niños es una cosa divertidísima y un buen ejercicio de desapego y para no cegarse con el hecho de que el dibujo "quede bonito". No sé si estos días me dará tiempo a hacer algo más, pero creo que sí podré sacar algún apunte.
¡Hasta la próxima!
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