Un dibujo un poco detallado, para después poder pasar por encima con los rotuladores sin tener que pensar demasiado en qué hacer en cada momento. De paso exageré un poco más el tamaño de la cabeza y coloqué al perro de forma que pareciese muy desesperado por huir y cambié la posición del bajo para equilibrar un poco la composición general. Lo único que me hizo tirarme de los pelos es que en un momento dado al hacer un mal gesto, arrugué el papel y esto es una cosa que siempre le pone a Uno de los nervios, pero en fin, gages del oficio. Al final me gustaba el resultado y el efecto cómico, así que ya podía pasarlo a tinta:
Ooook, así me gusta a mi la gente, ¡a saco! Era muy importante para mi que las diferentes partes de la moto quedarán bien reflejadas siguiendo unas pautas un poco de Urban Sketching, pero sin llegar a esos límites de deformación. Me gustó mucho la expresión que conseguí darle a la cara del perro y el dibujo funcionaba bastante bien con las letras. Así que era ya sólo cuestión de borrar con cuidadito el lápiz:
Otro mal gesto hizo aparecer otra arruguita en el papel con la consiguiente mala hostia que se me agarró, pero ya no podía empezar desde cero y quería continuarlo. En estos momentos Uno echa de menos una de esas mesas de luz, con la que podría haber calcado el dibujo. Claro que también podía haber utilizado un papel un poco más fuerte para evitar estas eventualidades. Pero lo importante es que esto ya esta listo para la pasadita de color, que tendré que hacer mañana al volver del currele.
¡Hasta entonces!
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